Capítulo 42

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Quiero irme

Narra Grettel








Cada vez que voy a la escuela me siento más alegre de lo normal, tenía muchas ganas de contarles a las chicas mi experiencia adquirida en el hotel ya que me hice de la interesante por mensaje, ellas están muy ansiosas por saber.








Roma- Cuando acabe la clase te las verás con nosotras.- Susurró, sonreí y seguí escribiendo.









Me increparon arrastrándome a un sitió alejado de otros alumnos en el descanso, son pirañas deseosas de información.









Grettel- Si no fuesen mis amigas diría que son psicópatas morbosas.

Bianca- Admito que lo soy. 

Roma- No te hagas que cuando nosotras contamos nuestras historias te faltan las palomitas de maíz.

Grettel- Soy igual de repugnante que ustedes.

Lais- Tarada.- Me dio un golpe.

June- Qué de nuevo viviste allá en la ciudad.

Grettel- Cumplí mi deseo de hacerlo en las alturas.

Roma- ¿Cómo mencionaste aquella vez?- Asentí.

Bianca- Es una locura, quiero lo mismo.

Grettel- Fue diferente, absolutamente todo, incluso yo.

Lais- ¿Tú?

Grettel- Tuve que actuar como una chica mayor, casi meto la pata pero me mantuve en el papel, soy una actriz de primera. 

Roma- Cuéntanos de la intimidad, ¿Buena, mala, media?

Grettel- Muy buena, cada vez mejor. 

Roma- Oh... alguien se nos hizo adicta.

Grettel- Le hice sexo oral.

Lais- ¿Salió bien?

Grettel- Me quedé sin respiración, así que sí, supongo que eso significa bien.









Todas pegaron un grito de lo desquiciadas que son, la pequeña Grettel camina, no gatea como una bebé, ya no me ven como la pequeña del grupo.

Jackson me mandó fotos de él esperando a que empiece la junta por vídeo con su café en mano, adoro su cabello marcado, y la gracia que me da que la mitad de su cuerpo para abajo lleve puesto un short y arriba una camisa.









Grettel- Llegué.- Papá ni hola, sentado mirando la tele, vino temprano- ¿Mamá?

George- Aún no viene, prepara algo de comer, Mell tiene hambre.

Grettel- Sí.









Hice algo rápido, el mediocre de mi padre no fue capaz de hacerle de comer a mi hermana, cara dura dispuesto a esperar a mi madre para que ella lo haga, qué carajos le vio a George. Comimos los tres en silencio, mi papá no está de buen humor así que preferí no acotar nada.

Lavé los platos y me fui al cuarto, él ocupó su asiento frente a la pantalla con su lata de cerveza, varía en las bebidas que toma.

Me quedé dormida sobre el dibujo de moda que estaba haciendo en mi escritorio, escuché ruidos y por eso desperté.









A un kilómetro de ti (Jackson Wang)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora