Una razón para volver 🔞

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Después de esas charla con su hermano Kawaki se dirigió a la aldea preguntándose si pudo salir mejor la situación. Pero al parecer su hermano adoptivo estaba decidido, quería matar a su propio padre, sin embargo, Kawaki no se lo permitirá el quería hallar una manera de evitar la pelea...estaba tan metido en sus pensamientos que no se dio cuenta que ya había llegado a la aldea. 

Él se había mudado a un departamento con su actual pareja Sumire la cual ahora le toca trabajar en Konoha... eran las 7:45 de la noche y Kawaki ya había llegado a su humilde hogar.

Kawaki: Ya llegue.

Sumire: Hola Kawaki-kun ¿como te fue?.

Kawaki: Pues bien, pero ahora tengo un poco de hambre.

Sumire: Pues llegas justo a tiempo recién acabé de hacer la cena.

Kawaki: Gracias amor. Le besa la frente.

Después de un rato terminaron de comer y Kawaki lavó los platos, pero se veía algo distraído.

Sumire: Kawaki-kun paso algo?.

Kawaki: No, nada importante

Sumire: Vamos, no me estés ocultando nada. Dime que te trae tan preocupado

Kawaki: Está bien pero que esto se quede entre nosotros, si?. Sumire asintió. Bien es que durante el trayecto del viaje hubo una sorpresa inesperada... Kawaki comenzó a relatar el encuentro con su hermano adoptivo y las palabras que cruzaron y sus razones las cuales conllevarían a graves consecuencias para su familia y para la aldea. 

Sumire: Vaya, que decepcionante, eh? 

Kawaki: ¿Por qué lo dices?

Sumire: Todo paso tan de repente, nadie imaginaría que el llegaría a estos extremos sabes, pensar en que aquel niño amable y ruidoso se convertiría en lo que tu me dijiste. 

Kawaki: Hay personas como el que no se detienen hasta que obtengan lo que quieren, incluso si no es correcto. Pero, no importa lo que pase yo hallaré una manera, pero no quiero que el Septimo muera, nunca lo soportaría. Dijo cabizbajo sentándose en el sillón de su sala, la pelimorada lo acompaño sentándose a su lado. 

Sumire: No importa lo que pase, yo estaré contigo, vamos Kawaki-kun no estés así, yo seré tu apoyo en cada momento.

Kawaki: Muchas gracias Sumire, no hace falta que me lo digas sabes, tu eres mi guía cuando necesito una nueva dirección para mi mente. Tu también eres algo que no quiero perder y por lo que estoy dispuesto a luchar. 

Sumire: Te amo Kawaki, y sabes, cuando estés en la oscuridad yo también te guiaré y me mantendré a tu lado.

 Kawaki: Yo también te amo. Le da un cariñoso beso en la comisura de los labios. 

El beso duró por mucho tiempo al principio se tornaba cariñoso pero luego de un rato después se tornó mas apasionado queriendo no terminar, seguían sincronizados, demostrándose el amor que sentían el uno por el otro pero luego se tuvieron que separar por la falta de aire. Las respiraciones eran agitadas juntaron sus frentes para luego volver a besarse con locura. Ambos estaban sumidos en el placer de sus labios y no conformes con eso la pelimorada empezó a despojar la camisa de su amado. 

Sumire: Rayos, mira nada mas lo que tenías escondido. 

Kawaki: No creas que me quedaré de brazos cruzados. 

Kawaki volvió a besar a su novia quitándole la camisa, sus traviesas manos pasaban por su cuerpo tocándola de manera lenta y placentera haciendo que Sumire jadeara ante tal acción. Algo alertó al pelibicolor que detuvo sus movimientos. 

Kawaki: ¿Quieres ir al siguiente paso?, no quiero obligarte a nada que no quieras. 

Sumire: No, continúa solo estoy un poco nerviosa. 

Kawaki: No te preocupes, será una nueva experiencia para los dos. Me detendré cuando tu me digas. 

Sumire asintió y volvieron a besarse se pararon del sillón para dirigirse directamente a su cuarto aun besándose, tan pronto como estaban Kawaki tiró suavemente a su amada dejando besos en su torso, la pelimorada se zafó de su corpiño dejando expuesto sus pechos, los cuales el pelibicolor no tardó en acariciar suavemente. Con una mano hacía círculos en uno de sus pezones, mientras besaba su otro pezón, la pelimorada gemía tras la acción de este disfrutando de cada caricia y contacto que este le proporcionaba. Después de un rato el chico empezó a despojar el resto de prendas que cargaba su novia mientras ella hacía lo mismo quedando totalmente expuesta su desnudez, Sumire le proporcionaba besos en el cuello que bajaban a su pecho. Este no podía continuar mas su miembro pedía estar dentro de ella. 

Kawaki: Espera un momento. Saca un preservativo dentro del cajón. Hay que ser precavidos.

Sumire: Hombre precavido vale por dos jijiji. Kawaki rió un poco con ternura mientras se colocaba el condón.

Kawaki: Estás lista. Sumire asintió y este le propinó una estocada leve. 

Sumire: AAAAAAAH. Al escuchar el gemido la atrajo hacia el besándola, en el rostro se brotaban lagrimas. 

Kawaki: ¿Estás bien?

Sumire: Solo deja que me acostumbre un poco. 

Después de unos minutos Sumire empezó a moverse voluntariamente dándole a entender que podía continuar y así fue, el pelibicolor continuó ubicándose encima de ella dando estocadas leves y lentas que luego fueron aumentando la velocidad, Sumire gemía su nombre que para el pelibicolor era una agradable sinfonía para sus oídos. Kawaki gruñia de placer mientras daba sus estocadas y miraba los pechos de su amada subir y bajar. Ambos tenían la mirada perdida en la lujuria, Sumire dejaba marcas de sus uñas en la espalda de Kawaki mientras enredaban sus piernas.

Sumire: Kawa... Ah... ki... ah... AH. Estoy... AH... punto de...

Kawaki: Yo tambien, terminemos juntos. Decía entre gruñidos. 

Ambos llegaron al clímax culminando con un beso en sus labios. Kawaki salió de ella arrebatandole un ultimo gemido, sus respiraciones estaban agitadas. Se sacó el preservativo y lo tiró a la basura. Volvió donde estaba su novia posicionándose al lado de ella, la abrazó y le dijo: 

Kawaki: Me haz hecho el hombre mas feliz. Te amo. Kawaki besó su frente.

Sumire: Y tú a mi, yo también te amo. 

Ambos se miraban tiernamente y durmieron terminado el acto. 



Continuará...

BoruSara: EL SENDERO DEL ODIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora