𝐮𝐧𝐨.

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( ☁ )

2007

—¿Puedo sentarme junto a ustedes? —Pregunto con cautela.

No recibió respuesta alguna, estaba siendo ignorado como era común, era su castigo habitual.

Solo podía observar hacía sus pies puesto que tenía la cabeza gacha, no quería molestar a sus progenitores al mirarlos fijamente, sus ojos eran horribles como su madre le dijo alguna vez.

—Comprendo.

Después de decir eso el pequeño castaño procedió a arrodillarse cerca al ventanal principal del comedor, luego levanto sus manitos sobre su cabeza. Esperaría hasta que le dieran permiso de levantarse y fuera suficiente.

¿Cuándo sería suficiente?

 Así más de cuarenta minutos transcurrieron mientras escuchaba charlar a sus padres sobre sus negocios y demás, ya sus extremidades dolían por el esfuerzo, pero como siempre sin decir absolutamente nada y contando mentalmente el tiempo. 

—Puedes ir a estudiar ya. — dijo su padre para después desaparecer del lugar.

Fueron las únicas palabras que escucho venir antes de por fin dejar caer sus brazos adormecidos, si su madre se hubiera ido también, todo estaría perfecto.

—Debes mejorar la calificación mediocre que obtuviste ayer. —solo podía escuchar con atención mientras sentía que se acercaba aun más— Eres un Lee, no tienes que avergonzarnos, no me hagas tomar medidas más extremas Lee Haechan. —ella agarró de forma brusca su lindo rostro y pellizco sus cachetes con fuerza haciendo que se quejara instantáneamente del dolor.

—Duele mami —las lágrimas estaban a punto de salir—, suéltame por favor. 

—Ni siquiera te atrevas a llorar, ¡no tienes derecho alguno!



( ☁ )


—¡El segundo lugar!

Su madre estaba completamente furiosa.

La familia Lee conformados por su madre, padre y él, asistieron a la ceremonia de cierre del año escolar. Sus progenitores asistieron para ver a su hijo recibir el primer puesto, era lo que siempre sucedía y era sabido que el gran hijo de los Lee era un joven prodigio. Los reporteros y demás asistían en gran masa para poder observar y sacar exclusivas de la gran familia, ya que Lee HaeJun era el primer ministro de la república. 

Los tres jóvenes con mayor nivel académico se encontraban en medio del escenario de aquel gran auditorio, con el tercer puesto ya anunciado.

Y de repente, todo salió de manera menos esperada. 

"Mark Lee primer puesto de honor." 

Él solo podía recordar que en ese momento sentía que no podía respirar correctamente, tenía un remolino de emociones dentro suyo, el anuncio lo dejó en completo estado de shock. 

"Lee Haechan segundo puesto de honor." 

Luego del anuncio todo pasó demasiado rápido, la directora le puso la medalla, le entregó un ramo de flores y el diploma del segundo lugar con su nombre. El flash de las cámaras lo aturdían, las felicitaciones, las preguntas de los reporteros y más. 

Tuvo que salir de su trance al ver a sus padres subir al escenario para tomarse las fotos correspondientes, tenía miedo, el terror de ver a sus padres con grandes sonrisas y algunas risas de cortesía para la gente de su alrededor, como si no pasara nada, como si realmente estuvieran alegres de que a pesar de todo, su hijo seguía siendo uno de los mejores puestos.

Era nada más que una gran mentira.

Los recuerdos iban y venían, no era algo que le gustase y mucho menos hacer en esos momentos pero era inevitable.

—Enfócate Haechan y sonríe cariño.

—Sí, mamá.

El ambiente era tenso, su madre lo abrazaba sutilmente y su padre tenía sus ojos puestos en él como si fuese su gran adoración, así los retratarían, las notas periodísticas serían una gran sensación.

—Señora Lee la asistente personal de su madre llegó dando pasos firmes y apresurados —, ellos lo saben todo  y quieren hablar con usted personalmente. —dijo en chino pero cautelosamente.

Comprendió rápidamente, su linaje familiar traía con sigo un poco de este. Su abuela materna era china y su madre china-coreana, así que entendía el idioma. 

Guarda silencio y retírate, lo hablaremos luego. —luego ella se volteo hacía la multitud para anunciar algo —Están cordialmente invitados al evento de inauguración del nuevo edificio del hospital NeoCenter en Seúl. 

La gente recibió la invitación de forma grata.

Después  de todo ello, se encontraban en su casa y al momento actual. 

—¡EL MALDITO Y  MISERABLE SEGUNDO PUESTO!

—Lo siento madre. —siempre con la mirada baja cual un cachorro tembloroso, se sentía insignificante ante la mirada de su progenitora.

Una risa se hizo presente, su madre reía ante su respuesta como una loca e histérica. 

—¿Crees que tus disculpas solucionan algo? ¿Te darán el primer lugar? ¿Eso hará que las burlas y las criticas se desvanezcan? ¡La humillación que nos hiciste pasar no desaparecerá!

Una botella de champán impacto a su lado haciendo que sintiera el terror recorrer su cuerpo. Luego por fin pudo levantar la mirada y observar como su madre tiraba todas las cosas que encontró a su paso. 

—El segundo puesto no significa nada, NADA. —ambos frente a frente, sus miradas chocaban— Escúchame muy bien, perdiste, te ganaron. 

Sinceramente no quería escuchar todo lo que le diría.

—El segundo lugar es el primer lugar de los perdedores, de un mediocre que no puede hacer algo correctamente y ni siquiera lograr absolutamente nada.

Dijo eso para luego darle una bofetada. El golpe dolía demasiado, quería desaparecer y sobre todo llorar.

—¡Desaparece de mi vista, lárgate!




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⏰ Última actualización: Oct 10, 2023 ⏰

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