25

151 22 2
                                    

"¿Hermanos?

Sus párpados se abrieron de poco a poco, acostumbrándose a la luz que le daba en la cara, frunció el ceño y pudo escuchar perfectamente a su estómago rugir exigiendo comida. Abrió los labios en un bostezo, sus ojos entre abiertos y muy cansado como para levantarse de la cómoda cama, no recuerda muy bien de cómo llegó a ese lugar, pero algo que sabía es que ahí, a su lado, faltaba la presencia de cierto chico moreno.

Sus ojos se acostumbraron a la luz natural del sol, esa que se filtraba por el enorme ventanal que tenía enfrente y que le daba la vista del hermoso Seúl; vio grandes edificios, nubes blancas y la neblina. Se acurrucó más en las cobijas cuando el frío mañanero le acarició la piel desnuda, no quería levantarse, deseaba mucho quedarse en ese lugar cubierto de cobijas acogedoras y de un aroma bastante delicioso, el aroma suyo y el de su alfa.

Estiró la mano tanteando la mesita de noche que estaba al lado de la cama, su mano hizo contacto con su celular y lo tomó, queriendo ver la hora. No era muy tarde, de hecho, era asquerosamente temprano como para que él estuviera despierto, las 7:30 a.m. era una hora en la que él seguiría durmiendo. A través de su vista opaca pudo darse cuenta que tenía algunos mensajitos en su bandeja de entrada, aunque deseaba dejarlos ahí e irse a refugiar en la comodidad de la cama y dormir de nuevo, no podía, a lo mejor era algo importante después de todo nunca tenía mensajes a esa hora.

Se estiró y se sentó en la cama, la cobija que lo refugiaba se resbaló de su torso cubriendo sus piernas, en ese momento pudo darse cuenta que estaba completamente desnudo. No le tomó mucha importancia y se dispuso a tomar sus anteojos que, por alguna extraña razón, también estaban en la mesa de noche, se los colocó y desbloqueó su teléfono para así dirigirse a los mensajes pendientes. Se sorprendió al ver el nombre de Hyuna en uno de esos mensajes, la chica nunca le marcaba o enviaba mensajes al menos que sea algo muy importante.

"Me surgió un problema y tendré que irme a casa, pasaré a dejarte a Yixing al departamento de JongIn. Como a las 8 estoy ahí."

No decía más, el mensaje era claro y directo, ni siquiera lo acompañaba un "buenos días".

KyungSoo le había dado la dirección de JongIn a Hyuna por si una vez la necesitaba y para que la mujer se sintiera más segura y supiera donde estaba, después de todo Hyuna siempre le había dicho que lo veía como un hermano pequeño y se preocupaba mucho por él, decirle donde estaba y con quién era una costumbre que KyungSoo había adaptado.

A las 8, Yixing estaría aquí a las ocho de la mañana y él estaba todo desnudo y acostado en un lugar que gritaba sexo.

Las prendas tiradas por allá, la cama toda desordenada y el lugar oliendo a feromonas de dos tipos que estuvieron calientes por un buen tiempo. Ahora lo recordaba, JongIn lo había llevado a la habitación donde tuvieron más que una ronda de sexo sucio. Sus mejillas se pusieron rojas ante el recuerdo y con un dolor en el trasero junto a sus caderas decidió levantarse de la cama para darse un buen baño y acomodar el departamento. En especial la sala y la habitación, los lugares que habían presenciado sus actos sucios.

Ignoró el hecho que tenía otro mensaje por leer, cuando tuviera el tiempo suficiente lo leería, ahora lo más importante era estar decente. Con su cuerpo desnudo al aire se dirigió a la puerta blanca que estaba en la habitación, al abrirla pudo toparse con lo que era el baño personal de JongIn, sin detenerse a pensar que en ese lugar se bañaba JongIn y todo olía a alfa, se metió a la regadera para tomar una ducha rápida pero limpia. Lavó muy bien su cabello y su cuerpo, poniéndole especial atención a la parte de su entrada para eliminar cualquier suciedad producto a las travesuras de anoche. Al terminar tomó dos toallas que estaban ahí; una se la puso en el cuerpo y otra en el cabello.

•Dulces Mentiras | 🌻 KaiSoo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora