LA PESTE

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Una caravana de mercaderes y peregrinos atravesando el desierto. De pronto, a lo lejos, apareció un extranjero jinete surcando las arenas.
Cuando aquel extraño jinete se acercó, todos los miembros de la caravana pudieron contemplar, con enorme espanto, su esquelética figura.
Tras una brevísima conversación lo entendieron todo: Era la Peste, que se dirigía ansiosa de segar vidas y sembrar la muerte en los alrededores.
-¿A donde vas tan deprisa? -le pregunto preocupado el jefe.

-A tu ciudad. Allí pienso cobrarme un millar de vidas- contesto, y antes de que los mercaderes pudieran reaccionar, ya marchaba de nuevo. Y la siguieron con la mirada hasta que se convirtió en un punto perdido entre la inmensidad de las dunas.
Semanas después la caravana llegó a la ciudad del jefe, donde sólo encontraron tristeza, lamentos y desolación. Si, la Peste había cobrado cerca de 50 mil vidas. En todas las casas se lloraba alguna muerte, ya fuese niño, joven, adulto y anciano.
El jefe de la caravana se llenó de rabia e impotencia:la Peste le dijo que iba a cobrarse un millar de vidas, pero la mortandad por sierto era mayor.
Cuando tiempo después, dirigiéndo otra caravana por el desierto, el jefe volvió a encontrarse con la Peste, le reprochó su falta de palabra...

-¡Ya se que en mi ciudad te contaste 50 mil vidas y no el millar que me avias dicho! No sólo causa muerte si no que tus palabras están llenas de falsedad.

-No -respondio la Peste con energía-, yo siempre soy fiel a mi palabra. Solo acabé con un millar de vidas. El resto de las vidas se las llevo el miedo.

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⏰ Última actualización: Jul 17, 2021 ⏰

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