PARTE ÚNICA

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Mierda. Piensa Harry. Por un lado está más que emocionado pero por el otro está totalmente aterrado, no sabe muy bien como le dirá a Severus que está embarazado.

Ha pasado casi un mes cuando empezó a sentirse algo mal, mareos y constantes ganas de vomitar o tener el estómago revuelto lo llevó a pensar que tal vez sólo era estrés o sólo tal vez, sólo tal vez, un bebé. No era tonto, sabía cómo se hacen los bebés y que pasa cuando tienes sexo sin protección. Pero nunca pensó que pasaría tan pronto, no cuando hace cuatro meses atrás había intentado persuadir a Severus de estar listos para un bebé y ser evadido a seguir con eso y   fallar en el intento es por eso que ahora no sabía que hacer. No quería perder a Severus pero tampoco al bebé que ya estaba creciendo dentro de él. Es por eso que estaba junto a su hermana en un baño de un restaurante de comida rápida muggle haciéndose una prueba de embarazo.

"Oye" llamó Lyra a sus espaldas "¿Positivo o negativo?" Pregunta con los nerviosa a punta.

Harry que estaba a espaldas de ella, se da media vuelta y muestra las tres pruebas que se hizó. Todas con dos líneas rojas marcando el resultado.
Los ojos de Lyra rápido salen hacia esas dos líneas y abre algo su boca sorprendida.

"Está bien, eso es bueno ¿no?" Pregunta al ver como Harry no muestra nada, está en blanco.

"Yo... estoy feliz, pero tengo miedo" respondió.

Lyra rápido se acercó a él y lo abrazó "Él se va alegrar, sólo procesará la noticia" consoló.
Harry se permitió llorar y se abrazó más a ella. Mañana cuando llegará Severus a casa se lo diría. Lo haría.

Una hora después, cuando Harry ya estaba más calmado y sin lo ojos tan hinchados, decidieron regresar al mundo mágico y llegar a su casa. Por mucho que Harry ya se haya casado hace tres años atrás seguían viviendo en el mismo lugar.  La única diferencia era que cada uno tenía su entrada independiente y un hechizo silenciador para evitar incomodidad. Harry vivía abajo y Lyra en la parte de arriba. Algo raro-para algunos casos- pero no para ellos.

"¿Quieres que me quedé a dormir contigo?" Preguntó Lyra preocupada. A pesar de que Harry ya estaba un poco mejor, este seguía temblando un poco.

"Descuida, estaré bien, aparte de que tal vez Severus llegué antes de las seis de la mañana" respondió Harry intentado transmitir tranquilidad a su hermana.

Lyra acarició tiernamente la mejilla de Harry "¿Estás seguro?"

"Por supuesto, estoy feliz" dijo "créeme, es un bebé después de todo"

Lyra asintió derrotada y con un abrazo fuerte y un "todo estará bien" subió las escaleras y entró a su casa.
Harry suspiró y con una última mirada a la calle entró a su casa. Cerró la puerta detrás de él. Se quitó su chamarra para meterla en el pequeño armario que estaba ahí. Colgó las llaves en el llavero y procedió a seguir con su rutina. Llegó a la puerta que daba a su habitación y deshaciendo su ropa se metió a la cama semi desnudo.

"Merlín" susurro. Hizó a un lado la sábana que lo estaba cubriendo y tocó su vientre. Éste se encontraba plano pero se sentía la presencia del bebé. De su bebé, suyo y de Severus.

"Hey cariño" llamó cariñosamente "mañana papá sabrá de ti, estoy seguro que te amará" siguió dando suaves caricias hasta que cayó rendido y se durmió.

Horas más tardes sintió como la cama se hundía y era rodeado por dos grandes brazos. Percibió el adictivo olor de Severus y ronroneo feliz.

"Buenos días amor" saludo la voz ronca de Severus. Este besó la parte trasera de su cuello. Harry como pudo logró darse media vuelta y quedar frente a frente de su esposo.

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