Recorriendo con velocidad los pasillos hasta llegar a aquel baño desolado de la institución. Sus lágrimas descendieron, sus sollozos fueron reprimidos y su garganta le quemaba sin piedad.
Fue en ese entonces cuando se encontró con quien sería la úni...
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No recordaba en que momento había transcurrido la noche, o en que momento se quedo completamente dormido, tampoco cuando se había vestido y tomado su camino habitual hasta su colegio. Solamente estaba ahí, parado al frente de todo mientras los demás estudiantes pasaban a su costado, algunos entrando en grupos mientras que otros que se consideraban solitarios avanzaban con cautela, los chicos y chicas que esperaban a sus respectivos amigos llegarán para ponerse al día con lo ocurrido mientras no estaban o posiblemente armar planes para una salida también estaban ahí. Algunos pasaban de él, otros únicamente le dedicaban miradas al igual que simples murmuros.
No le gustaba nada de esto.
Tenía sus sentidos a flor de piel cuando por fin se dispuso a entrar por aquella gran puerta que lo separaba del exterior, fue recibido por una extensa sombra de colores pálidos formada por las lámparas, estas intentaban pelear contra la oscuridad para así intentar alumbrar el lugar en su totalidad.
Recorrió los pasillos con total serenidad y subió a la segunda planta hasta encontrarse con su salón de clases, no quería entrar, pero tenía que hacerlo.
Únicamente soltó un suspiro y entró al aula llevándose varias miradas a su paso. No le tomó mucho tiempo cuando por fin llegó a su asiento, dejó su mochila en su respaldo e intentó sumergirse en un profundo sueño antes de que el profesor llegara. Sin embargo la presencia de alguien acercándose a él junto con dos personas más le llamó la atención.
—Oye Farfa, ¿A dónde fuste ayer? Nos quedamos esperándote— el tono de burla de aquel chico no se hizo esperar.
—Si, creímos que llegarías tarde pero al final no te presentaste, de verdad nos desilusionó— soltó una carcajada la chica.
La tercera iba a hablar, pero la voz y presencia de un tranquilo albino lo interrumpió.
—Farfa, ¿Qué te parece irnos con los demás?—Cuestionó ignorando por completo a los demás.
Se acerco un poco más hasta quedar a su costado, solamente lo miró mientras tomaba un jugo de caja sabor manzana.
—Me parece bien— respondió con una gran sonrisa mientras se levantaba de su asiento y tomaba su bulto sin pensarlo dos veces.
Cosa que desagrado a los tres otros presentes.
—Ahg, oye estamos en medio de algo— hablo la chica mientras jugaba con su cabello.
—¿Disculpa, quien eres?—.
Fueron las palabras que hicieran que las tres personas se hundieran en un atasca te hueco bajo sus pies, la mirada de disgusto del albino que los analizaba de abajo hacia arriba les heló la sangre. El sudor frío descendió de sus frentes hacia sus mejillas cuando ambos chicos abandonaron el aula de forma tranquila, sintieron sus piernas temblar cuando se dieron cuenta que ya habían pasado 5 minutos desde que el dúo se había ido y tenían distintas miradas acusadora sobre ellos.
