15 años desde el asesinato de la casa naranja.
Los policías locales no son muy originales para establecer nombres a los incidentes y decidieron nombrar esta tragedia con el color de la residencia. El tiempo borra memorias, pero solo a aquellos que no han sufrido las penurias del infierno, solo a aquellos que se encuentran libres de fantasmas y tormentos, cuando no han sentido el terror de la muerte tocando sus tobillos. Es mas, terminan olvidando más rápido sino hay a quien señalar, al no haber culpable de tal crimen.
La casa naranja, es el color del orfanato de la localidad de Saint August.
-Un asesinato en un orfanato, ¡que original! Tantas veces escuché ese comentario de los policías que llevaban el caso, que perdí la cuenta. La furia me invadía y crecía en mi interior al escuchar semejante comentario de los que se supone deben vigilar por la seguridad de cada uno de nosotros, pero lo único que hacen es comer en sus escritorios revisando basura en internet, absorbiendo el dinero del pueblo, sin hacer mayores esfuerzos que los que hacen para cerrase el pantalón.
15 años... hace 15 años fui testigo de un horrenda masacre; Niños, niñas y cuidadoras fueron decapitados y descuartizados uno por uno, sin el menor remordimiento y con una rapidez inhumana. El único motivo por el cual no tuve el mismo destino que los demás niños, fue por el sacrificio de mi hermana mayor. Como extraño su sonrisa y dulce sonido de su voz, fue su ultimo gesto de amor después que nuestros padres murieran en aquel desafortunado accidente al regresar de la celebración de aniversario. Me escondió, rogo que no gritará por nada del mundo, que no llorará, pesare lo pudiera pasar, debía mantenerme en silencio. En cosa de segundos estableció un juego: quien se quede en silencio por más tiempo y oculto sería el triunfador.
Veía como era asesinada, no hice nada. Mantuve el silencio, observaba todo desde mi escondite. La sangre salía de los cuerpo a destajo, en las paredes se dibujaban flores carmesí. Todos fueron cortados primero en la garganta, nunca olvidare la sonrisa que se plasmaba en su rostro cada vez que formaba una nueva flor, en esa sonrisa que se deformaba por el sonoro estridente de lo que creo era una risa, reflejaba el éxtasis que le provocaba sentir tener la vida de alguien en sus manos, ser Dios en ese instante, con una larga espada, luego de cortar sus yugulares con una navaja, cortó los cuerpos para luego autocomplacerse con los miembros cercenados. Eso escuche de los policías que llegaron tarde ese día.
No pude ver por completo su rostro, solo la parte de la mandíbula era tocada por la poca iluminaria que entraba por las rendijas dejadas por el mal cierre de cortinas, solo una sombra con dientes era el responsable de aquel frenesí sangriento, memorice su caminar por el ruido de sus pisadas, baila mientras camina, hace pequeños saltos cuando intercala sus piernas, Las horas, minutos y segundos se sintieron años, siglos, centurias, mi pequeño cuerpo lo sentía sumamente pesado, como si me hubiese convertido en parte del piso, inamovible en aquel lugar.
Los gritos, chillidos, alientos sonoros alertaron a aquellos vecinos que tienen el sueño ligero, a los que sufren de insomnio y a aquellos próximos u aledaños al orfanato. Pero la policía tardó en llegar, aquel monstruo había desaparecido.
En el diario local en una gran portada clasificaron la horrible situación como lamentable y dieron a conocer el caso con el nombre que aquellos policías habían bautizado. Mi nombre fue oculto con iniciales por protocolo.
El único sobreviviente, encontrado dentro de un escritorio con doble fondo, el escondite perfecto para ganar el juego, pero solo si no había iluminación puesto que las luces podían delatar de inmediato la capa falsa de aquel mueble.
No ubo consideración a mi edad o a lo frágil de mi mente en aquel día, nadie pensó en las consecuencias que traerían para un niño de 10 años la panorámica del infierno, mi mente grabo la cabeza de mi hermana, sus ojos, estaban fijos en mí, el miedo quedó grabado en su rostro. Grite tan fuerte que las cuerdas vocales de mi garganta parecían romperse.
El sargento a cargo de los demás oficiales trato de calmarme, grito más fuerte que yo regañando a los demás, por no protegerme de las imágenes que se añadían a mi mente, la pesadilla que se quedará para siempre en mis noches. Me tomó y sacó de ahí envuelto en una manta, solo él tuvo suficiente tino para tratar de ocultarme lo sucedido, trato de evitarme un trauma, no lo logro. Su nombre es Alec Burton, cuando él me estaba sacando del lugar, observe algo que brillaba en el suelo, algo sobresalía de entre toda esa sangre, me escape de los brazos del sargento por un momento para recoger aquella cosa de brillante, la tome y apreté muy fuerte entre mis manos antes de que Alec volviera a sostenerme entre sus brazos.
No hablaba, no podía, las palabras no traspasaban mis labios; me preguntaban cosas, muchas cosas, pero no había respuesta. La psicóloga dijo que estaba en shock por lo sucedido y que no debían los oficiales presionarme para hablar, que era inútil que lo hicieren, pasaron dos años y medio para que pudiese hablar otra vez. Con el único que cruce palabras fue con el sargento que me sacó del lugar y fue para decirle gracias.
Ser el único testigo de un horrendo asesinato, no dejaría tranquilo al asesino, saber por las noticias que hay una sola persona que puede identificarlo, incluso si no pudiese hacerlo, el pensaría que si puedo. La intranquilidad y nerviosismo lo estarían carcomiendo, ¿cómo lo sé?, Los psicópatas no dejan cabos sueltos, asesinos, sicarios, odian dejar testigos. Para una verdadera mente criminal, los puntos sueltos o imprevistos dentro de sus planes son molestos y deben ser eliminados, yo soy un imprevisto.
Cada día me he preguntado: ¿terminara su trabajo? crecí con miedo, rabia, angustia, y determinación.
Me convertí en detective, y con el pasar de los años lo único que quedo en mi pecho fue rabia y determinación, es lo que necesito para capturarlo y llevarlo ante la justicia; aunque ello signifique ponerme de cebo. Con tal de atraparle son capaz de recorrer el infierno.
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La casa naranja
RandomEsta historia la habia dejado en pausa y ahora la he retomado. Un asesinato, un detective, un romance que no deberia ocurrir, la venganza de uno es la redencion del otro.