Capítulo

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Camelia Kironi
Año 8560
22 de mayo

Lo supe, lo supe desde un principio el doctor Koler.P...

Para el doctor...soy solo una simple conejilla de indias.

Era como mi padre, si eso es, ser padre...
Era todo para mí.
Pero que podría pedir o querer a alguien como yo, traída de la marea alta
No entienden nada, lo sé
Yo tampoco lo entendía, ni a él, ni sus experimentos, mucho menos sus pensamientos, que soy o mi vida. Ya que estamos aquí, empezaré mi relato

Recámara 24
¿Qué es cama?, qué es todo preguntaba al Doctor, así como en las historias que me contaba de gente pérdida o despojada de su memoria...
Yo solo aparecí aquí o recuerdo mi vida desde este punto, en un submarino ... según el doctor.
Nunca quiso contarme de los verdaderos monstruos
Era gracioso
Pensaba que él era uno, tenía sus pelos en la cara "barba", a mí no me aparecía esa tal barba.
Está bien, era amable y me dejaba ver el canal de monstruos es por ello mi curiosidad.
Al insistir e insistir terminó por contarme de estos, después de tanto tiempo
Pudo ser mejor si me lo decía
Pude no...no perder

No tengo tiempo para llorar...
Aún duele

Recordando el dolor, aguantaría mil horas más debajo del agua si esto me llevaba a la cima

*suspira*

Admito que fue mi error pero no lo veo como tal, es algo que debió suceder para hacerme ver la realidad; sin embargo, es mejor vivir en ignorancia y feliz.

*Camelia
Ven
Cariño
Ven

Como deseo escuchar eso, no de cualquier persona, de él

Mi amable doctor que te ha sucedido?
O fui yo la que ha cambiado...
Off*

Un día cualquiera, fecha que no me importaría recordar, solo sucedió y lo tengo en mí, creanme o no.
Un día, que levantaba con mi elegante sonrisa al cuarto de en frente
Debía cruzarlo para llegar al Laboratorio o cuarto de juegos según el doctor.
Este cuarto atravesado entre habitaciones, tenía varias fotografías, pegadas en el suelo, colgadas de un hilo en el techo, también pegadas ahí, en las paredes, en las esquinas, en todas partes...
Fotos de diferentes personas en un solo lugar, pero, el resto de la habitación eran de Mársica.
Sus ojos color esmeralda azulados, cabellos rubios, vestido blanco, así era ella.
Era horriblemente hermosa.

¿Por qué abandonó al doctor?
Por ello me parecía mala...
En realidad...
Sentía celos
Pero no era así
No esa clase de celos de enamoramiento
Celos de atención

Mi doctor, le buscaba y buscaba sin dormir, sin preocuparse por su salud o su mentalidad corrompida. Ella era el amor de su vida, entiendo.
Intenté ayudarle en esto.
En su proyecto.
En sus inventos irracionales y dañinos...
A pesar de todo no dejaba de cuidarme también.

¿Por qué abandonó al doctor?
En realidad ¿quién era Mársica?
Decidí preguntarle a él, este tema complicado, temblorosa estuve al hacerlo, solo quiero.
Su reacción. Agresiva
Me lo supuse pero no imaginé que empezaría a sacar más fotos repetidas de ella de un cajón, y, empezaría a romper cada una, claro que, dejaba su arsenal, me da miedo cuando se pone como humano.

No hay respuesta o tal vez sus lágrimas lo son, me preocupa.
Tomo las herramientas de trabajo y las dejo en su escritorio.

-Doctor, si llora demasiado va a crear un océano dentro del submarino
Al menos lograba sacarle una sonrisa.

Nuestras experimentaciones eran con aparatos extraños como estos llamados robots inmóviles.

Me retiro, iré a comer (me alimento de algas son sanas)
Al ir de regreso a mi recámara, recogía los trocitos de fotos que ocasionó él hace un momento.
Uno quedó atorado en la "ratonera"
Joder
Sal de ahí pequeño maliante
Jalé y jalé
Solo irás a la basura no eres más que papel.
De la fuerza que ejercí al intentar sacarle, tropecé y golpié mi brazo en la ratonera

En las profundidades de un cobertizoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora