Lily and the Jets ; Jily

James y Los Jets

El fogón que aquella pelirroja tenía en su cabeza se movia a todos lados, cuando saltaba, cuando giraba y cuando volvía a gritar haciendo a medio mundo saltar con aquel rugido sacado desde su estómago hasta el tope de sus pulmones con una energía que gritaba que ella sería joven para siempre y para James Potter esa imagen quedaría grabada en su mente para siempre.

No sabía si simplemente estaba hipnotizado por la energía de la mujer en el escenario o podría ser el aura que la rodeaba, no lo sabía pero lo que sí sabía es que esa imagen iba a quedar grabada en su cabeza, su mente y su piel como cuando marcas con fuego y hierro a un animal, porque eso era aquella mujer que acababa de robarle el pañuelo a su bajista y se puso a danzar con este de forma libre por el escenario; Fuego puro grabandose en el cuerpo y alma de James Fleamont Potter.

El de gafas incluso si estaba en aquel trance extraño no dejaba de saltar y bailar junto a los demás extraños a su alrededor, quizá le daba pena haber dejado a Peter solo en la barra pero de alguna forma no le importaba por que solo tenia una cosa en mente, a la mujer hecha de fuego, candente y ardiente que fluía como lava pura, danzante como las llamas en una fogata, si esa mujer no era alguna especie de ángel entonces sería una broma.

Nadie podía lucir tan perfecta como ella.

Su canto terminó en un golpe de platillos y la última cuerda de la segunda guitarra resonando todavía en los parlantes, el pelinegro luego de eso salió del trance cuando sintió como tocaban su hombro izquierdo dándose vuelta rápidamente viendo a Peter a su lado.

-Hey, Vaya que te gustó o no? Creí que ibas a irte con esa chica de la barra.

-Peter mi amigo, alguna vez te has enamorado a primera vista?

-Si? No lo sé James, si lo hago no es como si alguien fuera a hacerme caso.

-Lo sé, pero creo que me acaba de suceder y ahora necesito ir a conocer a esta maldita chica.

Peter simplemente soltó una pequeña risa casi burlándose y luego le quito a la rata que aún seguía en las manos.

-Me encantaría decir que si pero hay un problema.

Confundido preguntó: - Oh, Vamos! Cuál sería ese problema, que tanto es?

-Alguien, de seguro alguna vieja de mierda llamo a la policía y debemos irnos ahora ya.

Mierda, su única oportunidad y ahora estaba arruinada.

-Bien pero Jurame solemnemente que me ayudaras si o si a encontrar a esta chica o la banda o a cualquier maldito integrante de esa banda.

Pettigrew asintió tratando de moverse entre la gente para poder salir de ahí lo cual era difícil ya que nadie parecía querer moverse hasta que escucharon las sirenas, afortunadamente habían alcanzado a subir las escaleras y lograr escapar por una reja detrás del callejón antes de oír como la policía entra a y sacaba a la gente, James esperaba que a la pelirroja no le haya sucedido nada.

Habían podido llegar a la casa Peter, que resultaba ser la más cercana; sentados en las sillas de la cocina mientras bebían chocolate caliente que la señora Pettigrew les había servido apenas entraron luego de darle un tirón de oreja a Peter por llegar tarde o más bien por haber dejado a su hermana exaltada y asustada por su mascota que no aparecía.

-Tienes esa mirada de nuevo -Dijo el rubio pecoso dándole un sorbo a su taza humeante.

-De qué hablas Pete, que mirada?

-Ya sabes, esa mirada desafiante de que no puedes olvidarte de ella y que nos harás buscarla por cielo mar y tierra para que al final y discúlpame compañero, no te haga caso -Dijo tratando si quiera de sonar suave.