2006
–Madre, ¿puedes cuidar a Scorp esta noche?– le pregunto Draco a su madre que se encontraba sentada en el comedor tomado té.
–Claro hijo, ¿a dónde van?
–Bueno, planteábamos ir a cenar y caminar por las calles de Londres muggle y celebrar nuestro aniversario por supuesto.
Narcisa le sonrió. Su hijo era tan feliz con su pareja.
–Esta bien hijo, tu ve, yo cuido a Scorp.
–Gracias madre, nos vemos mañana, te amo.
Y así Draco se fue por red flu.
Narcisa siguió tomando su té y leyendo un libro mientras esperaba la hora de que Scorpius se tuviera que ir a dormir.
Hizo que los elfos preparen la cena y llamó a Scorp.
Mientras estaban comiendo Scorp le pregunta a su abuela
–¿Donde fueron mi padres, abuela?
–Ellos salieron a celebrar su aniversario, por hoy te quedas solo conmigo, ¿esta bien?
–Por supuesto– le sonrió y siguió comiendo.
Ya después de un rato mandó a Scorpius a lavarse y a dormir.
Cuando entró al cuarto del pequeño lo arropó y le dio un besito el la frente. Estaba por irse cuando la voz de su nieto la detuvo.
–Abuela.
–¿Si, Scorp?
–¿Me contarias un cuento antes de dormir?– le hizo un puchero.
Narcisa sonrió. Igual a Draco cuando era pequeño.
–Por supuesto cariño, déjame pensar.
Ella pensó un momento, que cuento contarle a su nieto.
Hasta que se le ocurrió algo.
–Esta es la historia de dos mago, los cuales no se llevaban para nada bien, siempre estaban en la escuela haciéndose bromas o peleando, se nombraron los peores enemigos, hasta que algo cambió en ellos.
–¿Que cosa abuela?
–Oh ya lo sabrás– sonrió ella y continuó– se encontraban en cuarto año, tenían aproximadamente unos 14 años. Ese año en su colegio se iba a hacer El Torneo de los Tres Magos, habían llegado dos escuelas extranjeras a participar, solo tenían permitido inscribirse a alumnos mayores de 17 años, muchos alumnos abuchearon al director del colegio por eso, pero otros estaban feliz porque podían participar.
–¿Como se podía participar en el torneo?
–Pues había un cáliz, un cáliz muy grande donde tu echaba un papelito con tu nombre escrito; cuando llego el día de elegir a los campeones todos estaban muy ansiosos; cuando su director había dicho el nombre de los tres participantes, el cáliz se empezó a descontrola y de él salió un cuarto nombre. Todos fijaron su mirada en el pobre mago que iba caminado hacia donde estaban los demás participantes, "no tiene 17 años" decían algunos, "esto es injusto" decian otros.
>Así pasaron los días, varias personas molestaban al pobre mago de 14 años que había salido seleccionado como el cuarto participante. Pero había uno, que estaba muy asustado por él, asustado de que le pasara algo. Así que decidió hablarle y confesarle todo lo que sentía por él, por si es que le llegaba a pasar algo. Y así una noche esos dos magos pasaron de ser los enemigos jurados, a la pareja más hermosa que había, cuando se miraban a los ojos, los demás podían ver cuanto se querían.
