Única parte

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Mientras la música suave sonaba de fondo, yo terminaba de dar los últimos retoques a su retrato. Tenía las manos sucias, mi cara, mi pelo y prácticamente todo mi cuerpo.

La habitación se encontraba en el mismo estado, sólo que más desordenado y oscuro. Consistía en un pequeño cuadrado con un colchón en el suelo y toda la habitación empapelada de dibujos hechos por mi, no había rastro del color de las paredes, sólo papel y trazos. Las ventanas estaban cerradas impidiendo el paso de la luz, creando un aspecto lúgubre.

La música sonaba alto y claro, el humo se desprendía por mi boca mientras observaba sentado en el colchón cómo había quedado mi última obra.

Lancé un suspiro al aire, di una calada más al cigarrillo y lo apagué.

Sucio. Solo. Abracé mis rodillas y coloqué mi mentón sobre éstas. Frente a mi estaba el retrato recién hecho, del tamaño exacto que Harry tenía. Pude captar sus ojos verdes y tranquilos, su nariz grande y acorde a su rostro, su boca. Dios cómo amaba esa boca, gruesa y color sandía. Sus rizos largos color chocolate. Sus clavículas. Su pecho lleno de tatuajes.

Harry estaba sonriendo en un fondo negro. Me miraba, sus ojos estaban clavados en mi. Yo estaba en un colchón sucio mirándolo a él. Sucio y solo.

Cerre los ojos y suspire nuevamente. Los dedos de mis pies comenzaron a frotarse. Era un hábito privado que solía hacer antes de largarme a llorar.

Las lágrimas caían por mi rostro sin tregua. Comencé a sentir ira, demasiada ira. Me levanté gritando y llorando. Me dirigí a la pared mas cercana y arranque todos los dibujos que habían. De Harry.

Seguí llorando hasta acabar por sacar todos los papeles que habían, pateé la pared sin descanso y lentamente sentí como me deslizaba por ella con la cara empapada.

Mis sollozos eran casi inaudibles y la musica amortiguaba la mayoría de ellos. Así sin más me quedé dormido.

Noche tras noche soñaba con él. Soñaba que me acariciaba, que estábamos juntos durmiendo. Su cuerpo fuerte con el mío, pequeño y débil. Él me tomaba y me abrazaba, pasaba sus dedos por mis espalda haciendo garabatos cómo a mi me gustaba. Harry tarareaba canciones en mi oído y cuando yo lo miraba el sonreía de la mejor manera posible, con amor.

- Hola Lou - su voz ronca y lenta hacían que mi cuerpo se llenara de mariposas.

Yo cerraba los ojos y disfrutaba de su compañía. Pero nada más cerrar los ojos, mi realidad volvia a ser la misma: estaba en mi frío y sucio apartamento, solo en mi colchón.

De nuevo comenzaban mis ataques y gritaba por todo el lugar sin importar quién me escuchara. Lloraba y maldecía. Fumaba y dibujaba. Dormía y soñaba. Despertaba y recordaba. Esa era mi rutina diaria.

Siempre me encontraba divagando escenas con Harry mientras miraba, sentado desde mi colchón, el retrato a escala de mi amado. Nos mirábamos por horas, a veces llegaba a ver cómo el se movía y me sonreiría marcando su ayuelos. Yo le sonreiría de vuelta.

Los días en mi vida pasaban sin darme cuenta. Todas las noches soñaba lo mismo, una y otra vez. Siempre estaba conmigo, dándome amor, calor y compañía... Pero cuándo despertaba el ya no estaba. Lo único que había era un retrato en mi pared, que me decía con burla que jamás estuvo conmigo.

Una noche decidí llevar las riendas de mis sueños. Aprovecharía que él estaba conmigo y lo disfrutaría cómo quisiera.

Mi cara se encontraba en una sona caliente que subía y bajaba que pude identificar cómo el pecho de Harry. Su manos me tomaban fuertemente de la cintura sin darme posibilidades de huir. Tampoco es que lo haya querido.

Tu Retrato En Mi Pared (Larry OS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora