~•¿Estamos Destinados?•~ [Anime Character × Reader]

1; Vacaciones.

Narrador omnisciente.
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Kaminari y Kyoka, la pareja perfecta, ¿no? dos chicos jovenes, exitosos, con toda una vida de ensueño por delante. Jirou, una chica que aún estudiaba, la carrera de psicología, aunque dirigiendo en los últimos años una empresa discográfica heredada por su padre. Acumulando la edad de 25 años.
y Bruno, un exitoso músico, que aún así estudiaba la carrera de medicina, teniendo ya sus 26 años, ambos chicos generosos, amables y con carácter dulce.

Denki's pov.
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— ¡Jirou! ¡Otra vez dejaste las fotos sobre la mesa, cariño! Será mejor que las guardes, podrían mojarse, o perderse. — Aseguré a mi prometida en mis brazos y llené su rostro de pequeños besos húmedos, ignorando por completo el haber arruinado su momento de concentración en la entrevista de su banda favorita. 

— ¡Oh, vamos! Kaminari, ¡Ya para! — comentó  ella con enfado, me asustaba un poco el verla enojada, pero trataba de que pase más tiempo conmigo, eran nuestras últimas vacaciones como pareja, pasaríamos a ser esposos en solo unas semanas, y quería estar con ella. En su lugar, ella estaba algo ajetreada, su trabajo como productora de su propia discográfica, la tenía incluso confundida. Me miró y al instante rió, rió y siguió mi juego de besos. — Eres un tarado a veces.—

— Este tarado te ha dado tus mejores orgasmos, ¿No?— comenté con superioridad, no era para menos, era complicado complacer a la de cabellos morados, creo que era más fácil revivir un muerto, que dejarla satisfecha. Aún así, yo lo lograba casi cada vez que saliamos, pero no es momento para eso. Aprovechando que ella seguía con su bikini, la tomé en brazos y corrí con ella fuera de la casa en la que nos quedamos, teniendo la playa en frente era rápido y seguro llegar. Seguí corriendo, hasta llegar al agua, ya era de noche por lo que no había mucha gente, pero si algunos puestos de comida y artesanías abiertos. Al llegar a la altura de mi cintura, la solté. Ella se aferró rápidamente a mi sin saber que ocurría.

— ¡Que te jodan, Kaminari! Ya.~ — Volví a bajarla al agua y me sumergí en esta, dejando por un segundo a mi pequeña a su suerte.— ¿¡Acaso no me oyes!? ¡Denki! ¿Denki?.—

Narrador omnisciente.
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El rubio siguió nadando, divisando en el agua las finas piernas de su chica, con rapidez se dirigió a ella y con ambos brazos se abrazó a su cintura, siendo sorprendido por un golpe en su cabeza. — ¡Hijo de!- Denki, volvamos, hace frio para estar en el agua a estas horas. —

La chica de cabellos color morado oscuro, se abrazó al cuello del rubio, notando que este también tenía su piel fría, se soltó de el y comenzó a caminar hecha una furia hacia la casa que compartían en su ultimas vacaciones.
El rubio la siguió desesperado, su prometida estaba aparentemente enojada, ¿Y como no? el chico había interrumpido su hora de relajación. Pero no habían podido estar juntos en todo el día, como solía pasar ya hacer unos años. Sus trabajos los mantenían ocupados en distintos horarios, creando una problemática diaria sobre esto.

Jirou tomó su bolsa de frituras y subió a la habitación corriendo, esto había colmado su paciencia, probablemente lo haría dormir en el sofá, y se quedaría en la habitación durante el tiempo que le sea necesario. Aunque siempre se repetía lo mismo, necesitaba irse de ahí, no estaba realmente preparada en cuando a lo mental para estar en una relación con alguien tan... activo, ¿se entiende?

Jirou.
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No me malinterpreten, Denki es el amor de mi vida. pero convivir tanto tiempo con el es algo agobiante. es el chico más dulce que existe, atento, cariñoso. pero eso conlleva una paciencia grande, pues también es alguien muy exaltado, con grandes ataques de hiperactividad, como este. Sentí unos golpes en la puerta, mientras yo colapsaba en una ruptura mental.
Esta relación se iba lentamente por el caño, y no lo podría sostener por mucho.

Bruno abrió la puerta al no oír respuesta, no quería hablar con el, se acercó a mí y me abrazó, yo me acomodé en su pecho y seguí llorando.

Nos quedamos dormidos, llegó la mañana, me levanté y baje a la cocina, dándome cuenta que Denki no estaba, y para colmo, la alacena estaba vacía, subí las escaleras tomando una toalla del perchero, y entrando al baño, me desvesti y tome una fría ducha para despertarme. Saldría a comprar  algunos alimentos, y buscaria a Denki, estabamos en una ciudad pequeña, no seria muy dificil. Al terminar mi rutina diaria, tomé las llaves y salí de la casa, saliendo por el patio y cerrando con llave, se estaba creando un gran bochinche de gente y gritos, salí con rapidez, una multitud se veia sobre la calle siguiente, sobre Woll Street, caminé pacificamente hasta allí, hasta escuchar unos disparos, mi vista se nubló y me sentí caer, un dolor punzante atravesó mi estomago, ¿me habian disparado?, no puedo pensar en nada, mis ojos se cierran lentamente y dejo de pensar con claridad.

narrador omnisciente.
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Se oían sirenas, pronto llegó al hospital, con una herida de bala en el abdómen, entró a cirugia de emergencia, aunque ya no se podia hacer mucho por ella. Su prometido llegó con desespero al hospital, recibiendo la lamentable noticia, de que su esposa no resistió el daño provocado, ¿ella murió? ¿como era posible? simplemente anoche fue que se quedo dormida en su regazo. El estaba en shock, era su prometida de quien hablaban. La mujer de su vida, ahora estaba destruido por completo. luego de una crisis emocional, golpear e insultar todo lo que se le cruzaba, se encontraba en su hogar, en estados unidos, donde se habia criado. Donde vivia con su prometida. Ahora debia cancelar la boda, la ceremonia, dar la noticia, y sobrevivir. Su dia, su semana, sus planes, su vida se arruinó, y ella no estaba.

- Jirou... Otra vez dejaste tus fotos sobre la mesa, cariño. Será mejor que las guardes, de lo contrario pueden arruinarme, o hacerme perder la vida. - Una vez más, el rubio amenazó contra su propia vida al recordar a su difunta prometida, exigiéndole a ella que acabara con su dolor. Encontró el valor para irse con ella, con el cuchillo más filoso de la casa, y un pote de píldoras, terminó con su patética y monótona vida.

1059 palabras.
Maxi🪬