_ ♥︎ ﹪ capítulo diez

1.1K 179 55
                                    


     Aquel día también habían tenido gimnasia, atletismo, concretamente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

     Aquel día también habían tenido gimnasia, atletismo, concretamente. Todos y cada uno de los músculos de Johnny se resentían a cada paso que daba. Entró al vestuario y arrugó la nariz con desagrado, allí apestaba a alfa sudoroso, y el dulce aroma de Ten no estaba ahí para camuflarlo; el profesor le había mandado recoger el gimnasio. Seguro que lo único que quería era ver cómo el omega se agachaba a recoger los conos del circuito. Johnny gruñó ante esa idea.

Abrió su taquilla y sacó su bolsa de deporte, se quitó la camiseta y la cambió por una limpia, después hizo lo mismo con los pantalones.

—... Ya lo creo, es increíble.

La voz de Baekhyun llegó a sus oídos desde un par de taquillas de distancia. Hablaba animadamente con Lu Han, un beta que solía rodearse de alfas y que no le caía demasiado bien a Johnny.

—Es el omega perfecto, casi de ensueño. Es dulce, es atento y tremendamente guapo. — Dijo el beta. —Y, no nos olvidemos, de que está buenísimo. ¿Ese culo es normal en un chico? No puedo mirar a otro lado cuando corremos.

Los dos amigos rieron socarronamente y Johnny apretó los puños. No podían estar hablando de quién él creía que estaban hablando.

— ¡Ya te digo! Ten volvería loco a cualquiera, cómo me gustaría marcarlo y poder folla...

Oh sí, lo estaban haciendo.

Johnny cerró la taquilla con tanta fuerza que hizo vibrar todas las demás. El vestuario se sumió en un pesado silencio. Lentamente, como un lobo acorralando a su presa, se acercó a los otros dos chicos que le miraban con una mezcla de curiosidad y temor. Destellos rojos manchaban las negras pupilas del alfa. Johnny Suh estaba enfadado de verdad.

—Me gustaría formar parte de la conversación, ¿de quién hablan? — Preguntó con la miel bañando sus palabras. Era una trampa.

—De... de Ten... Lee... — Respondió Han temeroso.

Nunca habían hablado con Johnny, nadie lo había hecho en realidad. Bueno, nadie excepto Ten. Tragó saliva en cuanto se dio cuenta de que la había cagado pero bien.

—Ah, sí, Ten. Es un gran omega, ¿verdad? ¿Qué decías que te gustaría hacerle? — Volvió a preguntar, apretando la mandíbula y mirando a Lu con fingida curiosidad. Johnny era la aparentemente inofensiva Venus Atrapamoscas que esperaba pacientemente para devorar a su presa.

El beta retrocedió un paso asustado. Todas las historias que había escuchado sobre Suh se sucedían en su cabeza como pequeños y terroríficos sketches, en ese momento, el imponente alfa se cernía sobre él con la furia homicida dibujada en su rostro. Ninguna de aquellas historias era cierta, pero Johnny estaba dispuesto a hacerlas todas realidad con aquellos dos imbéciles que habían mancillado el nombre de Ten. ¡Solo él podía fantasear con el omega! ¡Solo él podía mirarle!

—Na-nada... solo...

El alfa interrumpió la trémula respuesta dando un fuerte golpe a una de las taquillas. El estridente sonido metálico heló la sangre de todos los que estaban presenciando aquella escena.

—No quiero que ninguno de ustedes vuelva a hablar de Chittaphon como si fuera un trozo de carne, ¡¿M han entendido?! Ninguno está a la altura siquiera de la jodida suela de sus zapatos. — Bramó con furia.

Aquello era una advertencia, no solo para Lu y Baek, si no para todos los presentes. Ten Lee ya no estaba en el mercado, y pobre del que intentara tocarle un solo pelo.

Johnny se apartó de los dos chicos en cuanto percibió el aroma de Ten, y unos segundos después entró el sonriente omega. Todos volvieron a la normalidad como si nada hubiera pasado mientras Ten cambiaba su ropa de deporte por unos jeans y una camiseta. Por una vez en todo el curso, el único que le observaba hacerlo era Johnny.

Cuando terminó de vestirse, se acercó al alfa tan sonriente como siempre. Y, como cada vez que el omega rondaba cerca, Johnny sintió el aire escapar de sus pulmones.

—John, ¿quieres almorzar conmigo y con Jae?

— ¿Con Jaemin? — Preguntó dudoso.

Ten asintió sonriente. Johnny suspiró, preferiría almorzar solo con Ten, pero no tenía más remedio que aguantar a su amigo.

—Está bien.

En algún punto del camino a la cafetería, Ten se colgó del brazo de Johnny. La gente se apartaba a su paso, mirándolos aún sin terminar de creérselo. La historia del incidente en los vestuarios había corrido como la pólvora y todo el que estudiaba en ese instituto ya sabía que Ten Lee era zona prohibida.

Ten parecía ajeno a todo eso y caminaba feliz colgado del brazo del mayor, casi saltando por los pasillos.

— ¿Tienes hermanos, Johnny?

— ¿Cómo? — Preguntó desconcertado por la pregunta.

—Sí, es que le caíste muy bien a Bambam, así que pensé que a lo mejor tú también tenías un hermanito pequeño.

—No, soy hijo único.

—Vaya, ¡entonces se te dan genial los niños!

Johnny rió.

—No lo creo. — Negó divertido.

— ¿No te gustan? ¡A mí me encantan! Me encantaría tener un montón de pequeñines correteando por mi casa dentro de unos años. — Habló felizmente con aire soñador. Jodidamente adorable.

En la mente de Johnny se proyectó la imagen de Ten unos años mayor, con un niño pequeño entre sus brazos y otro chiquitín abrazando una de sus piernas. El más mayor tiene el cabello rubio y rizado y el que Ten sostiene con cuidado de no dañar su vientre tiene unos penetrantes ojos negros y el cabello lacio.

Johnny sonrió, aquella era la visión de un futuro utópico e irreal, pero maravillosamente feliz.

—No es que no me gusten, es cuestión de tenerlos con la persona indicada.— Ten sintió sus mejillas enrojecer, pero era imposible que Johnny se refiriera a él.

Finalmente, llegaron a la puerta de la cafetería y aquel tema quedó olvidado.

Jaemin ya los esperaba en la mesa que solía compartir con su amigo. Había tenido que saltarse la clase de gimnasia por una reunión con el tutor. No parecía demasiado feliz de ver al alfa, aunque ya sabía que almorzaría con ellos. Después de ir a comprar el almuerzo, los tres se sentaron en la mesa. Johnny aún se sentía extraño almorzando en compañía, pero la presencia de Ten hacía que valiera la pena toda la incomodidad.

—Esto... Johnny, ¿te apetecería venir con Jae y conmigo a ver una película el viernes por la noche? — Preguntó tímidamente Ten.

Vale, eso no se lo esperaba.

— ¿Yo?

—Claro que tú, idiota, ¿O ves a algún otro Johnny sentado en esta mesa?

— ¡Na Jaemin! — Reprendió Ten a su amigo.

Jaemin se encogió de hombros y siguió comiendo su sándwich. Johnny sopesó sus opciones, podía decir que no y desaprovechar una ocasión de estar con Tem o podía aceptar y aguantar a su amigo durante toda una tarde... ¿a quién quería engañar? Nunca podría decirle que no a Ten.

—Está bien, pero ¿Les importa si llevo a un amigo?

Necesitaba distraer a Jaemin para poder tener a Ten para él solo, y Jeno era el indicado para eso.

INTOCABLE Ꮺ johnten +18 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora