𝙀𝙨𝙩𝙧𝙚𝙘𝙝𝙚𝙯

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Para el miércoles de esa semana, es decir tres días después, NamJoon se dió cuenta se que tal vez tener Citas-no-folladas era incluso divertido.
Hye-Jin era una gran chica. Era graciosa, linda y extrovertida. Puede que no fuera fan de los videojuegos como lo era Jungkook, y que a veces tardará uno o dos segundos en entender sus bromas, pero aún así casi podía decir que ella le gustaba.

Claro, la falta de sexo seguía haciéndole dudar de vez en cuando, su polla era la única descontenta en todo el asunto. Y el que Hye-Jin se le insinuara (lo cual ocurría todo los días en algún momento inespecífico) no ayudaba mucho. Pero NamJoon se obligaba a cambiar de tema recordándose que él no era un adolescente que se dejaría llevar por sus hormonas. Él estaba atraído por fin hacia una chica fuera de la cama, no lo echaría a perder por su tonta lujuria.

Volviendo al presente, ellos se encontraban viendo una película. NamJoon sabía que era una de Star Wars, pero no podía decir con exactitud cual. Era entretenido pero él no era un aficionado.

—NamJoon...–ella dijo con la cabeza apoyada en su pecho.

—Dime.

—Ese amigo tuyo, Jungkook, ¿Es gay?

NamJoon no pareció entender la pregunta, como si la respuesta fuera algo ya obvio, pero tuvo que plantearse que Jungkook no era una persona que alardeara de sus preferencias y que ella no era la primera curiosa. A diferencia de muchos homosexuales, Jungkook era discreto cuando miraba a alguien, como vestía, incluso en la forma en la que se refería a sus gustos. Él no actuaba ni lucía como el estereotipo de un gay. Si NamJoon ni llevará años conociéndolo y estuviera en la posición de Hye-Jin, quizás él también estaría confundido.

—¿Por qué la pregunta?–terminó respondiendo.

Ella dudó —¿No lo es? Digo, lo e visto un par de veces cuando voy a tu casa y el me saluda, pero se ve algo reservado–Namjoon asintió con la cabeza –Pero... cuando viene a tu casa y está contigo notó, cómo distintos, ¿Sabes? Más suelto, hasta alegre diría yo.

NamJoon no pudo evitar reír levemente. Es que le era chistoso como ella parecía tan nerviosa de preguntarle algo así. Hye-Jin no le estaba diciendo nada nuevo y él no tenía filtros a la hora de hablar de su amigo.

—Ah, ya veo –dijo con diversión– Pues sí, el es gay. Sólo que uno más aburrido.

—¿Tú y el fueron algo? –soltó sin pensarlo dos veces.

Nuevamente, NamJoon se mostró poco sorprendido, a pesar de que estaba seguro de haberle dicho a ella en el club que no era gay, el ser cuestionado sobre su relación con Jungkook no era extraño.

—Oh, si. Una vez nos estábamos bañando juntos y ese lunático me metió un dedo enjabonado en el culo, ¿Puedes creerlo? Después de eso salimos dos años hasta que me fue infiel con el cartero. Desde entonces tengo miedo a las pollas.

Hye-Jin correspondió a su broma con una carcajada pegadiza y le golpeó el pecho, justo al lado de donde reposaba su cabeza.

—Tonto, estoy hablando enserio –le reprocho subiendo la mirada hasta encontrar los ojos de NamJoon.

El pelinegro sonrió de lado.

—No, nunca fuimos ni seremos nada. No le gustó a Jungkook y soy heterosexual. Solo somos mejores amigos.