Escandaloso retumbar causa molestia en un zumbido arbitral a su sentido de la audición. Su corazón bombeando en una sesión de latidos que ya no se logra contar, ya es un advertencia. Y el trémulo que bloqueaba su cuerpo de acciones, inusitadamente, ya era de temer.
Y si no fuera por la casi nula valentía que restaba — como las últimas gotas de bebida en un vaso, que ya no se logran alcanzar — su estado actual quizás sería mucho peor.
No lo hacía en contra de su voluntad, de hecho fue el mismo quien tuvo la idea de comenzar, pero si alguien o algo llegara a su habitación a interceder, quizás hasta lo agradecería.
Pero estando a esas alturas, ya era muy difícil bajar, o dar siquiera un milímetro de paso hacia atrás. De todos modos, ya estaba dentro directamente en la boca del lobo. Si se hubiera arrepentido, lo hubiera hecho cuando aún le sobraba tiempo, pero ahora, era demasiado tarde.
El sentido común se evaporó rápidamente, quizás gracias al ambiente caluroso que había formado rápidamente en esa habitación — y que por cierto, también era la habitación que compartían como esposos — rebosante de deseo, dejando en cambio, solo el apetito pecaminoso, jugando a tentación demencial.
La única y válida razón por la que se encontraba haciendo esto, era para nada más que satisfacer a su pareja, y por un mínima parte, también para sí mismo. Porque lo deseaba en el fondo. El fantaseado recóndito burbujeante reaccionando al instinto más grande.
Creo que no podré moverme después de esto.
Pensó mientras manos en caricias cadenciosas atentaban contra el traje de conejito playboy. Que para dar detalles, consistía en lo siguiente: Unas medias negras transparentes que, a su vez, tenían por encima unas medias de rejilla, del mismo color que llegaban hasta sus muslos, sus brazos estaban cubiertas por unas muñequeras negras. Encima llevaba un body de color negro que estaba descubierto por detrás, logrando que se pudiera detallar la pálida espalda, hombros y clavículas de Komaeda que contrastaba con el traje color negro. No quiso agregar los tacones porque el dolor más cercano a que lo pudo asimilar fue de uno clavos puntando. También portaba una diadema que relucía las orejas largas y negras. Pero, lo mejor sin duda, era la cola esponjosa de conejo que estaba encima de su trasero.
Estaba apegado perfectamente a la talla que había pedido. No había ninguna incomodidad, excepto la parte dónde se exponía más de lo que esperaba y mucho más de lo que su vergüenza hubiera permitido y negado.
Gracias a eso, la parte del busto, no estaba desajustado, y se pegaba bien a la piel sin necesidad de levantarlo en cada que se bajara ligeramente por la falta de busto. Pero su trasero y el bulto de su entrepierna se visualizaba bastante. Y eso encendía más su nerviosismo.
Pero, antes de que se diera totalmente por rendido, el ruido ensordecedor de una cremallera bajando le arrebató un jadeo de sorpresa.
— ¿Estás seguro de que te encuentras bien?
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❝Bunny Boy❞ ⎢ ᵏᵃᵐᵘᵏᵒᵐᵃ
FanfictionCon la inseguridad disparándose por todos sus nervios, manos temblorosas acomodaron las orejas negras y largas sobre su cabeza antes de dar una última revisión a su vestimenta. Estaba listo, pero quizás no para lo que vendría después de que su pare...