Siempre tan callada, tan angelical, con
aquellos ojos esmeralda que miran el
desolado patio por la ventana. No recuerdo haber escuchado tu voz ni una vez, y menos aún ver una sonrisa en tu
rostro. Pareces una muñeca, una espectadora que odia intervenir en la historia, peor que un narrador. O tal vez te rompieron en pedazos siendo personaje, no sé. ¿Qué es lo que ves con aquellos hermosos ojos? ¿Que pasa por tu cabeza cuando me miras? Me das tanta curiosidad, tanta tentación por conocerte. Tu mirada me hace sentir que estas rota, desgastada y harta de la vida. ¿Podría yo ser la luz que apacigüe aunque sólo sea un poco, la oscuridad y frialdad que desprendes? Quiero romper tu aspecto de muñeca, para escuchar tus gritos de ayuda, y así, poder brindarle a ese rostro una sonrisa. Nunca hemos hablado, nunca te he oido decir nada, sólo hemos cruzado miradas y ya me tienes adicto a los misterios que tus ojos piden olvidar.Hoy te hablé, me armé de valor para acercarme a ti. Te dije "Hola, Nea. Bonitos ojos, ¿Qué haces?" Mientras tú escribías en una especie de diario, ignorandome olimpicamente. ¿Fui demasiado atrevido? El alago me salió solo, no puedo negar la verdad,tienes unos ojos hermosos, unos que alegres
deben verse como el universo mismo, estrellado y lleno de descellos. Quiero hacer que estés feliz, cómoda y tranquila a mi lado.¿Qué te gusta? ¿Que odias con firmeza? ¿Qué te hace feliz? ¿Qué te rompe? ¿En qué crees? Tengo tanto que preguntar, unas ganas de saber. Al ver que no me iba aun con toda la ignorancia recibida, posaste tu vista en mi y escuché por primera vez tu voz, tan fría como imaginé y a la vez tan agradable, "¿Eso alguna vez te a funcionado? Estoy despojandome de todo mal, ¿te importa?" Me dijiste y mi reacción no fue otra que estallar a reír, dejándote algo confundida y molesta, creo, pues me Dijiste "¿Qué es tan gracioso?" Y yo aún riendome respondí "No, nunca a funcionado, es la primera vez que lo digo pues. Si necesitas ayuda con ese mal del que hablas, no dudes en llamarme, tengo un gran nivel como exorcista" y te di un pequeño papelito con mi número telefónico, siguiendo la broma con una sonrisa. Me pregunto si lo habrás tirado o me llamarás algún dia, tal vez debería habertelo pedido a ti, pero seguro me rechazarías. Que terribles ganas tengo de que sea lunes para poder verte en la escuela de nuevo, si no me llamas antes, claro, la esperanza es lo último que se pierde.