Y no pudo evitar mirarla. Se fijó instintivamente en sus senos. Juntos por ese precioso sujetador. Relamió sus labios, los estaba mirando y no podía dejar de hacerlo ¿Y si ponía uno de ellos en su boca? Carajo... la idea se le hacía muy apetecible. Ella se le hacía muy apetecible. Y esas piernas... ¡mierda! Un semáforo de nuevo. Detuvo el auto y miró como pudo aquellas deliciosas piernas, pero sin hacer ningún comentario al respecto. Al mismo tiempo, Lily logró cruzarlas, subiendo aquella mini falda un poco más, dejando ver muy bien los muslos. Dylan tragó saliva. Le estaba prendiendo. Y lo siguiente que haría ella... lo terminaría tensando aún más. La vio acomodarse el cabello para atrás, sus senos se mecieron hacia adelante. Algo presiono los pantalones de Dylan. Una erección. Sí, le estaba poniendo y no dudaba en pensar que ella tal vez lo hacía a propósito. De pronto, Lily abrió un botón de su delicada blusa. Carajo, ¿Qué hacía? ¿Por qué lo hacía? Le estaba desesperando demasiado. Muchísimo... perdería el control en menos de lo que esperaba si ella seguía con ese estúpido plan. ¿Jugaba con él? mejor que no supiera de lo que Dylan era capaz de hacer... si se lo proponía... si ella se lo pedía... la podría estar abriendo de piernas ahora mismo.Lily desabotonó el segundo botón. Algo molestaba en el interior de su sujetador, pero no podía alcanzar a ver que era. La luz del semáforo dio en verde de nuevo. Dylan condujo rápido esta vez, ella pudo sentir la velocidad con la que corría. Se volteó a mirarlo, su pierna derecha apretaba con fuerza el acelerador. Y todo eso... no hacía más que excitarla aún más... había estado haciendo muchas cosas para llamar la atención de Dylan. Quería inquietarlo y no tenía idea de por qué. Quizá solo se debía a que era lo suficientemente guapo y había llamado su atención. Pero... ¿no se atrevería a nada más? Volvió a abotonarse.
Tiró su cabello para atrás esta vez, dejando que Dylan emanara todo el olor de su cuerpo en tan solo pequeños segundos. Y él se lo imaginó todo... carajo, sí, sí, sí ¡Sí! le tenía muchas ganas, aún más después de haber olfateado el delicioso perfume de su cuerpo. No dudó ni un segundo en lo que sentía, no veía el momento de llegar a su casa, verla dormir en su cama y aunque no pudiera cogérsela, él mismo se haría el favor de satisfacerse. Lily regresó el cabello. Una vez más, él tuvo la oportunidad de sentir su delicioso perfume, había sido todo.
- ¿Quieres parar de hacer eso? – detuvo el auto. Lily giró la cabeza.
- ¿El qué?
- Me estás provocando. – dijo con descaro.
- Pero qué...¿Qué dices? – preguntó fingiendo estar indignada. Sabía perfectamente lo que había estado haciendo.
- Eso nena, me estás provocando. Y mucho... - le dijo. La miró a los ojos. Lily entreabrió los labios. Vaya, había logrado su cometido. - ¿crees que no me he dado cuenta?
Ella se mordió el labio, una auténtica manía que volvía loco hasta al más santo.
- Yo...yo no quería... - murmuró sin antes pensar en lo que diría.
- Ya... - Dylan cerró los ojos, apretó el volante de su auto con fuerza. El edificio de su departamento estaba justo en frente de él. Sus músculos se tensaron. Las fantasías se volvieron más fuertes. La había deseado desde que la había visto en aquel banco. La deseaba muchísimo. Toda su mente y su cuerpo se lo estaban ordenando. La quería en la cama, desnuda, mojada, gimiendo. La quería envuelta en llamas mientras la cogía con una fuerza brutal. Su erección crecía y sus ganas mucho más. – no tienes que decir nada... - sus músculos se tensaron. Tuvo que hacer un gran esfuerzo para soltar el volante y controlarse a sí mismo con ella a su costado. – es solo que... no lo sé... - mojó sus labios. – me encantas.
Lily tragó saliva.
- Acabas de conocerme...
Vaya, ese detalle se había ido de sus manos. Para Lily, era la primera vez que se veían. Pero no para él.
Las manos de Dylan tocaron las piernas de Lily. Subiendo desde su rodillas hasta el límite de sus muslos. Tocándola toda. Ella no hizo nada al respecto para detenerlo... al contrario, se dejó hacer por él.
- ¿Y qué? ¿no puedo decir que me encantas por eso? – murmuró él con voz ronca que hizo que Lily se diera cuenta del estado en el que se encontraba.
Una vez más, volvió a tocarla de arriba hacia abajo, sin temor a nada. Sin límites. Pero sus manos esta vez llegaron más allá. Tocando así primero las caderas y siguiendo por su contorneada cintura. Llegó al punto donde tuvo que detenerse. La miró. Estaba tocando sus senos. Subió más, llegando hasta su cuello, caliente por él, se lo acarició y le apartó el cabello colocándolo tras su espalda, para esta vez aplastar su nuca con sus manos y atraer su rostro hacia él. Sus bocas estaban a centímetros de distancia. Sus alientos ya podían tocarse.
- No... - murmuró ella. Envuelta en una nube de lujuria. – no Dylan yo...
- ¿Tú? ... - la dejó hablar, observando la comisura de sus labios. Deseando tanto comerse esa boquita.
- Es que...
- ¿No quieres?
- Acabamos de conocernos...
- Podemos conocernos mejor. – la besó en la boca. Lily cerró los ojos al sentir su acogedor aliento abrazar el suyo. Los labios de Dylan se movieron sobre los suyos, muy lento, un movimiento tan sensual que hasta la misma Lily se calentó aún más. Estaba jugando con sus ganas. El labio inferior de él quedó entre los dos labios de ella, mordiéndoselo... Dylan le abrazó la cintura con fuerza. Su respiración agitada hizo que Lily se tensara. Era demasiado como para poder sobrellevarlo. Demasiado, como para poder prohibírselo a sí misma. – déjame esta noche... por favor... - le rogó él.
Lily asintió casi al mismo tiempo. No podía negarse. No quería. No deseaba negarse. Dylan... era más que una simple tentación.
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"MAFIA TENTATION" (Adaptación)
RandomEsta historia está dividida en cuatro partes (Tentation 1, 2. 3 y 4). Esta novela tiene contenido erótico y no se hará advertencia de ello a lo largo de la historia.