De día, un cerebrito universitario; de noche, el rey del baile en el escenario en Boys Meets Evil.
El chico popular y problemático de la universidad se acerca a sus 23 años, y su mejor amigo planea una sorpresa especial.
Y vaya sorpresa que se lleva...
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Ambos estaban en el auto mientras comían de su mantecado. Hablaron de muchas cosas pero no de lo que había sucedido hoy y es que Jimin no sabía si tocar el tema y que Jungkook volviera a estar triste. No quería ver más a su chico mugroso de esa manera. Por otro lado, este quería hablar de ello.
— El poco aprecio que le tenía se fue. Realmente tenía la esperanza de que cambiara pero no fue así, ni siquiera había indicios de que quería hacerlo. Sus palabras me lastimaron mucho, sin embargo, estuviste conmigo siempre y me reconfortaste de una manera u otra. Siempre tuve la sospecha de que ella no me quería por las cosas que me hacía pero ahora tengo a muchas personas que me quieren.
Jimin asintió mirando a Jungkook.
— Las palabras fueron duras. Ella no te tenía que hablar de esa manera y mucho menos tratarte como lo hizo. No tienes la culpa de los errores que ella cometió así que sigamos adelante y no te culpes ¿si? Ahora tienes a tu papá, a Goeun, mis padres, Yoonie, Tae, tía Sejeong, Jin, Dahyun, Tzuyu, tía Boyoung, tía Hyekyo y yo. Nosotros te queremos muchísimo y queremos lo mejor para ti.
Luego de que Jimin terminara de hablar, Jungkook se acercó para dejar un sonoro beso en la mejilla de su chico. Lo tenía muy claro, quería demasiado a ese chico mimado y por nada en el mundo de quería dejarlo. Siempre contó con su apoyo cuando más lo necesitaba y eso el bailarín no lo iba a olvidar.
