El destino (finalizado)

Recuperando recuerdos

Sabes una cosa... - el peruano se pone a un lado de la puerta de su casa - pasa y date un baño

Que?... - el vagabundo se sorprendió al escuchar a aquel chico, el no lo conocía y le estaba dejando ingresar a su casa - no quiero incomodarte de verdad

Vamos, usarás ropa nueva minino una ducha - dijo insistiendo el peruanito animado y al parecer no aceptaría un no como respuesta por lo cual el joven vagabundo ingreso a la casa del blanquirojo.

Cuando estaba dentro de la casa el peruano guío a su invitado hasta el baño, específicamente hacia la ducha, colocando agua caliente y entregándole la ropa nueva, una toalla incluso una máquina de afeitar.

Estaré en la cocina preparando la cena, tomate tu tiempo - le dice el peruanito dejándolo en el interior del baño y caminar hacia la cocina.

El joven vagabundo dejo escapar un suspiro y antes de ingresar a la ducha, quito sus prendas sucias y descuidadas y las metió dentro de una bolsa para luego ingresar en la ducha y darse un relajante baño de agua tibia.

Mientras tanto el peruanito estaba en la cocina preparando la cena para el y su invitado incluso preparto un poco mas, para que aquel joven se lleve un poco de comida. El peruanito estaba tan concentrado cocinando que no se dio cuenta que el joven vagabundo había terminado de bañarse y estaba ingresando a la cocina.

Gracias por la ropa - dice el joven vagabundo ganando la atención del peruano quien levanto la mirada y giro para ver a su invitado.

La boca del peruano se abrió no dando crédito a lo que sus ojos veían, un joven apuesto se encontraba en el marco de la cocina, mirándole de manera fija y se veía el agradecimiento en su mirada.

Vaya te ves muy bien... pero déjame cortarte un poco el cabello, lo tienes largo ven, la cena ya esta casi lista - le dije el bicolor jalando una silla e invitando a que su invitado se siente para colocarle un mantel sobre los hombros de su invitado para cortarle el cabello - listo y wow ahora si te vez muy guapo... - volvió a decir mientras le retiraba el mantel y sacudía los cabellos para luego ir hacia la cocina para que la cena no se queme - ven te prepare algo para cenar

Que no, ya hiciste mucho por mi yo... no quiero incomodar a sus padres o pareja - intento decir aquel joven pero fue interrumpido por el bicolor.

Perú... mi nombre es Perú y acomoda la silla y siéntate voy a servir la mesa para cenar - dijo el peruano demorando solo unos cuantos minutos para salir con dos platos llenos de comida - y no tengo pareja, es decir lo tuve... terminamos hace ya varios meses

Yo... lo lamento - dijo el joven invitado mientras ve al bicolor colocar los platos sobre la mesa.

No tienes porque lamentarlo, el no era bueno conmigo después de todo - le dijo mientras le dedicaba una sonrisa sincera - siéntate para cenar.

Cuando el joven vagabundo se sentó en la mesa, algunas imágenes barrosas de su vida anterior se cruzaron de manera rápida haciéndole doler las cabeza y aquello preocupo el bicolor.

¿Estas bien? - preguntó el bicolor preocupado

Si, solo fue un dolor de cabeza es solo eso - responde aquel joven vagabundo aun sintiendo aquel dolor de manera punzante.

Mira, trata de comer lo que puedas y luego recuéstate y descansa en el sofá al menos hasta que el dolor te pase - le dice el bicolor cosa que el joven vagabundo acepta, porque de verdad el dolor era muy doloroso.

A penas el joven vagabundo se recostó en el sofá se quedo dormido y el peruanito lo dejo descansar, había pasado como tres horas y el peruano ya se iba a su recamara a dormir, pero antes saco unas sabanas para abrigar a su invitado y vio que este estaba teniendo una pesadilla y estaba sudando, cuando le puso una mano en su frente se sorprendió al ver que este estaba hirviendo en fiebre.