Shuge Yun es una persona despreocupada, usualmente no le importaba lo que la gente dijera de él, sin embargo, algo que lo pone de mal humor o hace que quiera romperle el cuello a alguien es: que se burlen de su esposo.
Él lo conocía lo suficiente como para saber que detrás de esa cara de idiota estaba oculto alguien sumamente diferente. Alguien que, en su mayoría, desde la muerte de su hermano, sería capaz de usar a cualquiera que pudiera ayudarlo en su venganza, aún si eso necesita de matar a ese alguien, por supuesto, no es como si estuviera del todo de acuerdo en cuanto al uso de esos métodos, pero considerando que si algo le ocurriera a su hermana estaría dispuesto a hacer lo mismo, no puede decirle lo que está bien y mal, eso sería hipócrita.
Sabía los motivos del porque actuaba como un completo perdedor, pero eso no quitaba el hecho de que le molestará que lo insultaran.
¿A quién no le irritaría el hecho de que insulten a una de las personas más importantes en su vida? Es decir, era su esposo, maldita sea. Ese hombre le gustaba más de lo que realmente podía admitir y si no fuera porque Huaisang le había pedido que no haga algo impulsivo, hace mucho ya se habría agarrado a golpes con esos chismosos buenos para nada, más que inventar tonterías.
- ¿Por qué estás molesto? - la voz de su pareja lo sacó de la nube llena de maldiciones en la que se había sumergido.
Yun observó con un puchero en sus labios al hombre a unos metros de distancia, lucia tan guapo como siempre, hizo un par de mueca antes de caminar hacia el líder de Secta, abrazándose a su cuerpo en un silencioso pedido de mimos. El de ojos pardos sonrió y también lo rodeó con sus brazos, haciendo círculos en su espalda para relajarlo.
- ¿Realmente no puedo golpearlos? Aunque sea un poquito - preguntó, alzando la mirada para ver los ojos de su esposo.
Estos tenían un brillo que expresaban su diversión sabiendo sin decir mucho a qué exactamente se refería, Huaisang sonrió antes de agacharse un poco para besar sus labios. Shuge se relajó visiblemente ante la muestra de cariño.
- Sabes que pienso sobre hacer eso, zhiji - declaró en voz baja, acariciando la suave piel de las mejillas de su pequeño esposo.
El hombre más bajito gruñó de mal humor, sin embargo, se enterró en el pecho del Nie. Tal vez Huaisang podía no ser la persona más alta del mundo, tampoco era poseedor de músculos exageradamente grandes como su hermano mayor, pero si era visiblemente más grande que él y Shuge debía admitir que las características personales del Nie le gustaban, le gustaban mucho, le gustaba todo lo que hacía a Huaisang ser Huaisang.
Su propia persona tenía sus encantos y si tan solo los demás hicieran el esfuerzo de notar lo que había detrás de su fachada, estaba seguro que dejarían de menospreciarlo. Pero eso era un caso aparte, porque tambien era celoso y estaba seguro de que, si por A o B Huaisang fuera acaparado durante demasiado tiempo, explotaría. El aroma de su esposo lo relajaba y hacía que su estrés se esfumara, estar tanto tiempo lejos de él, luego de acostumbrarse a su presencia, provocaría una reacción para nada agradable en su propio ser.
No es como si su persona ocupara demasiado, en realidad.
Shuge Yun nunca se avergonzó de su estatura pequeña y su cuerpo flacucho - pese a qué hacía ejercicio como condenado y tenía testigos que podían confirmar ese hecho-, a veces lucir indefenso era una ventaja que solía aprovechar para patearles el trasero a los idiotas que lo subestimaban, - De hecho, muchos le dijeron que parecía más un niño de 15 o 16 como máximo, siempre sentía que sus casi 33 años de vida fueron insultados cuando alababan su apariencia juvenil, luego recordaba que los cultivadores permanecían con una apariencia juvenil durante más tiempo y se le pasaba, aunque a veces no podía evitar jalar las mejillas de Huaisang, pues el al menos aparentaba los 20. -
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Arrête de faire semblant [ MDZS ]
FanfictionEstar casado con Nie Huaisang a veces puede resultar muy estresante, pero no es nada malo.