El Gambino mayor se encontraba frente aquella escena atónito, se supone que Salinas y el salían a escondidas, ¿por qué?, para evitar que otras mafias lo usaran en su contra, pero creyó que al estar con él lo lechoso se le quitaría, grave error pues frente a él se encontraban Salinas y Lina en aquel callejón devorándose como adolescentes hormonales, Toni solo se limitó a marcharse lo más rápido de ahí sin levantar sospechas de que había visto aquella bochornosa escena, llego al krule donde se encontraba José atendiendo a los clientes pero al ver a Toni llegar hecho alma que se lo lleva el diablo se limitó a terminar de atender y cerrar la tienda, para pasar al almacén y hablar con el mayor en el almacén no sin antes avisarle a Carlo que se encontraba en el casino, al entrar solo escucho los gritos de Toni
-MALDITO LECHOSO!, ¡¡ESTO ES LO QUE GANO EL PUTO DESPRECIO DE UN GUARRO!!
-puedo preguntar que paso? - José pregunto como si no fuera algo obvio
-QUE PASA!?, QUE EL MALDITO LECHOSO SE ESTABA COMIENDO A LA PUTA SECRETARIA
-Como!?- una tercera voz se había unido a la conversación
-Carlo! - mencionaron José y Toni al unísono
- Donde esta ese maldito lechoso, que ahora mismo le muestro la palabra de la fidelidad al estilo Gambino
- no hace falta-menciono más calmado el mayor, si bien Salinas merecía una lección, pero... ¿Quién era el para reclamarle públicamente?, al fin y al cabo, solo están saliendo en secreto, ya ni siquiera está seguro de la palabra "saliendo", porque al parecer salinas lo tomaba como siempre ser un Abogado de mierda, guarro y lechoso.
Toni siguió intentando convencer a Carlo de no llevar al Abogado a aguas internacionales, si le preguntabas como se sentía era fácil solo tres sentimientos dolidos, celoso, y con envidia, dolido de creer en Salinas, celoso por la forma en que Lina y Salinas se comían, envidia de no ser el, de no poder decirlo públicamente, del encanto que Lina tenía con Raúl... el día transcurrió y con ello una llamada de salinas se hizo presente para hablar sobre el blanqueo de dinero, como era la costumbre se encontraban en aquel despacho, donde no estaba Lina ya que tenía el día libre, "libre mis cojones" pensaba el italiano de ojos azules.
Actualmente la situación era tensa pues Salinas se encontraba sentado teniendo la mirada de dos Gambino no cualquier tipo de mirada, la de Toni era firme, mostraba que lo que pasaba por él era un infierno, pero lo guardaba tan bien, Carlo era como si hubieras tocado lo más preciado para él y estuviera a punto de explotar el despacho mientras que José solo lo miraba diciendo "cagaste".
Al terminar tan incomoda Reunión Salinas le dijo a Toni que si podía esperar este solo asintió con la cabeza, mientras que Carlo lo miraba dudoso, pero capto el mensaje de lo que pasaría por lo que solo se limitó a salir junto a José.
-Toni-Salinas intento acercarse a aquellos labios rosados y suaves, pero nunca se esperó una cachetada en la cara, si bien estaba acostumbrado a que le dieran con un palo de golf una cachetada jamás se lo hubiera imaginado menos de parte de Toni-Que mierda, Toni!?- otra más fue recibida, mientras Salinas se quejaba- Quieres parar!?- sin más fue jalado de la mandíbula haciendo que se queje debido a las recientes cachetadas- Eso no le decías a Lina- lo decía con tal tranquilidad que daba miedo, su tono era tranquilidad y frialdad como si estuviera arrullándote y preparándote para lo que viene- Que mierda dices!!- Pronunciaba el abogado como podía- Salinas....Sa-li-nas, crees que soy imbécil, crees que no te vi en aquel callejón?- ahora salinas estaba más que nervioso sabía lo que le esperaba quizás su tumba, una pequeña y tenue risa salió de la boca del italiano mientras que una patada era propiciada para que acto seguido aquel abogado acabara en el suelo con la mirada expectante a lo que podía pasar- ¿Sabes algo?, Io, ti ho dato tutto il mio amore e anche di più, e tu non riconosci nemmeno cosa significa amare, Mi sono messo pronto ai tuoi piedi e solo con disprezzo mi hai pagato- que?-pronuncio el abogado con miedo como si hablar estuviera prohibido, nuevamente una pequeña risa se escuchó- nada-pronuncio el italiano con simpleza y frialdad, Salinas se sentía como si una daga estuviera ahora mismo incrustada en su pecho- solo quédate en que este es nuestro punto final y si una vez dije que te amaba, hoy me arrepiento, si una vez dije que te amaba y que por ti la vida daba, no sé lo que pensé, estaba loco, al fin y al cabo ese error es de ayer, porque hoy lo nuestro si es que había algo acaba aquí, y que te quede claro que desde ahora solo es ámbito profesional addió, salinas.- el italiano salió del despacho y solo se subió al auto mientras que Carlo conducía hacia casa sin preguntar nada mientras José intentaba animar al italiano mayor, este solo se limitó a soltar pequeñas lagrimas mientras maldecía en italiano a aquel abogado mexicano... el abogado se encontraba procesando todo, se dio cuenta de que aquellos orbes azules lo miraron con asco y se sintió lo más miserable del planeta, prefirió seguir con Lina y perdió más de lo que gano, no se quejaba de la chica pero, cuando volvería a encontrar un hermoso italiano que con una simple risa te encanta, te atrapa, aquellos hermosos ojos azules, tan brillantes y llamativos, el hermoso color rubio de su cabello, un chico perfecto que incluso para él era imposible pensar que tuvo una oportunidad con aquel perfecto italiano y la tiro a la mierda.