5ta historia

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Comprendí que no importa la edad, el sentimiento del amor es incomparable. El hecho de querer que la otra persona esté compartiendo momentos con nosotros, ahora, en este presente eterno, es algo digno de celebración. Ellos se quieren con ese cándido amor juvenil que despierta mil sensaciones a la vez. Se quieren con esa armonía que refleja la sinceridad, la dulzura, la simpleza de acompañarse. Esto de partir es arduo e intrincado porque cuando se ponen en juego los sentimientos, el apego hacia alguien que queremos mucho (porque está claro que no somos entes frívolos ni máquinas superficiales que dejamos de lado el afecto) nos anuda el corazón. Lo que queda es la perseverancia del amor que está lejos, pero está. No importan las dudas y las incertidumbres porque lo más valioso es seguir deseando que el otro nos espere. O nos reencuentre. En tiempos donde muchos dejan el amor para después, en tiempos en donde quererse con sinceridad es sólo para unos pocos privilegiados, celebro el amor. Lo celebro así, llorando abrazada con mi hermana, porque yo también amo y me pongo en su lugar. Yo también quiero que se corran más riesgos cuando se trata de querer. Por eso, aún en la distancia, que el amor, por favor, no se vaya. Como dijo Mario Benedetti: "... estábamos estamos estaremos juntos a pedazos a ratos a párpados a sueños..."

Pero vos, por favor, no te vayasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora