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Prontamente los días se convirtieron en semanas, faltaban sólo un poco para que cumpliera su octavo mes de embarazo y ya no podía caminar demasiado, con ayuda de Ethan trasladó parte de su habitación a la planta baja para mayor comodidad, así ya no tenía que esforzarse. 

Para su grata sorpresa, Jeonghye viajó nuevamente, esta vez, diciendo que se quedaría permanentemente. Yoongi sabía que ella llegó antes de lo esperado porque Jeongguk le contó lo sucedido, debido a que su hermano y él necesitaban distancia, tomó el papel de intermediaria. 

Ella cada día que venía llegaba con algo, desde ropa para el bebé, hasta lo mínimo que Yoongi necesitaba. Jeongguk pese a mantenerse lejos, seguía allí, preocupándose por él y su hijo. Cada semana le depositaba una cantidad de dinero demasiado generosa, él ni siquiera necesitaba tanto, con lo que ganaba y un poco más, podía llevar una cómoda vida.

Su corazón y cuerpo aún lo anhelaban, querían tenerlo cerca. Hubo momentos en los que su estabilidad se tambaleó, pero a lo máximo que llegó fue a tomar su teléfono y mirar fijamente su número. 
Por más que le costara admitirlo, guardaba la camiseta de Jeongguk. Dormía con ella e incluso en algunas ocasiones se la ponía. 

Desde que su mejor amigo se enteró de la situación con Jeongguk, no dejó de visitarlo, asegurándose de que estuviera bien. Ethan lo escuchó, Yoongi por su parte no se permitió llorar más, no quería causarle algo al bebé y tampoco se sentía bien estar llorando todo el día. Pese a la mala situación que pasó con Ayden, este vino a visitarlo, no tanto como Ethan o Jeonghye, pero lo hacía. Él se mantuvo a raya, no dijo ningún comentario fuera de lugar y mantuvo la distancia. 

Poco después de almorzar, Ethan y Jeoghye llegaban a hacerle compañía. Él esperaba pacientemente mientras preparaba café, por una recomendación del Doctor, ya no ingería tanto del mismo, al menos durante el embarazo. 

Cuando Jeongguk se enteró de esto, gracias a su hermana, le mandó una cantidad escandalosa de té, de cualquier tipo o sabor, importados o nacionales. Sin duda le encantaba exagerar. 

Ese día eligió tomar té blanco, según leyó en internet este poseía varias cualidades. Con paciencia y sin apuro preparó su bebida. 

Antes de poder poner su gordo trasero en el sofá la puerta sonó. Estaba considerando seriamente en darles unas llaves a sus constantes visitantes. 

—Se me hizo algo tarde. —Ethan le dejó un pequeño y sonoro beso en la frente. Yoongi pudo percibir el olor de croissant recién horneados, bajó su vista y visualizó el paquete que su amigo traía. 

—Está bien, pasa. 

—¿Jeonghye aún no llega? —Los almendrados ojos de su amigo revisaban toda su casa. 

Yoongi frunció el ceño; —Aún no. —Respondió cuidadoso. —¿La esperas? 

El doncel alzó sus cejas con asombro cuando un suave color carmesí tiñó las mejillas de Ethan.

—¡No puede ser! —Por poco no gritaba. —¡Te gusta! —No lo preguntó, lo afirmó. 

Yoongi se reía escandalosamente al ver a su amigo totalmente avergonzado, jamás, de los años que conocía al hombre lo vio sonrojado por una mujer. Debido al peso extra en su cuerpo ocupó el lugar que tenía planeado posar su trasero. 

—Pareces un niño de secundaria gritando de esa manera. —Ethan lo regañó. 

Él volvió a reír, le importaba muy poco parecer un adolescente. Este tipo de cosas nunca pasaban. 

Haciendo memoria, Jeonghye el día de ayer había mencionado que mataría por comer un croissant. Ahora, entendía por qué el detalle y la leve tardanza. 

Pregnancy || KookGi  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora