Única Parte

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Harry está bastante emocionado, desde hace varios días tiene la ligera sospecha de que está en estado, finalmente.

Louis y Harry han intentado tener cachorros desde que se casaron, hace ya 10 años. El ojiverde tenía dificultades para engendrar hijos, fueron con muchos especialistas y probaron de todo, estaban comenzando a resignarse, mejor ahora viendo las opciones de adopción, aunque eso ya no sería necesario.

Harry se encontraba llorando, viendo esa prueba que durante tanto fue motivo de desilusión, ahora solo era razón de su felicidad. Sin pensarlo, el rizado tomó su bolsa y salió al médico, tenía que comprobarlo.

Al llegar, tuvo que esperar unos minutos en la sala de espera hasta que lo llamaran en un turno libre. Estaba tan contento.

-Señor Tomlinson- llamó la beta morena que se encontraba en la recepción -Es su turno- Harry la miró con una linda sonrisa adornando su rostro, con todo y sus bonitos oyuelos.

-Gracias- habló alegremente mientras tomaba sus pertenencias y caminaba hacia el consultorio. - Buen día, doctor Payne-.

-Señor Tomlinson, es una sorpresa tenerlo aquí ¿se encuentra bien?- el doctor estaba algo asombrado, después de la última vez, pensó que no volvería a ver a Harry o a su esposo Louis.

-Si...verá, yo estoy en estado- soltó Harry en un susurro.

-¿Qué?- el doctor Payne estaba helado, no quería ver de nuevo la triste cara de desilusión.

-Yo, esta vez creo que si lo estoy, me hice una prueba, aquí está- rebuscó entre las cosas de su bolso para entregársela al médico, que en realidad seguía muy quieto en su lugar.

-Efectivamente, bien, para estar seguro le haré unos análisis de sangre, sabes el proceso Harry, tendrás que esperan un poco ¿de acuerdo?- dijo mirándolo a los ojos, con una luz de esperanza que hicieron a Harry querer llorar ahí mismo- Podría volver mañana por ellos, es su elección-

-Me quedare- exclamo Harry con convicción, no podía esperar más tiempo.
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No lo podía creer, no dejaba de llorar. Estaba en esperando un bebé oficialmente lo estaba. Un bebé, suyo y de Louis. Después de que el doctor Payne le diera un cálido abrazo, Harry salió del consultorio y fue a casa. Tenía una idea para decirle a Lou que esperaba a su bebé.

La primera vez que Harry pensó estar embarazado, compró unos lindos zapatitos, claramente nunca le fueron útiles, hasta ahora.

Harry escondió los zapatitos, la prueba de embarazo y su hoja que le dieron en el hospital, todo lo guardo en una pequeña caja con patitos decorado. Se dio un baño, se vistió con un vestido suave color violeta, suelto y con encaje en la parte superior, se puso unas bonitas bragas del mismo color y se sintió listo para hacer la cena para su esposo ¡Por la Luna! como amaba a su esposo.

Decidió cocinar un platillo muy de ellos, pollo relleno con mozzarella envuelto en jamón de parma y puré casero. Sip, un clásico.

Cuando estaba terminando de arreglar la mesa y servir los platos, el sonido de la puerta le indico que su amado esposo estaba en casa.

Louis sonrió maravillado al sentir el tranquilizante olor a miel y jengibre de su omega, se sintió morir cuando llegó a la cocina con un pequeño ramo de orquídeas y vio a su precioso omega mirándolo con adoración y esa dulce sonrisa que lo cautivó desde el primer momento. Después de 10 años ese lindo omega caprichoso lo hacía sentir igual que el día en el que se conocieron.

-Mi amor- se acercó a abrazar a su esposo por la cintura, olisqueando su cuello y besando con parsimonia la marca que se posó ahí el día de su boda- Mi omega, el más hermoso y maravilloso omega- murmuraba mientras besaba su cuello hasta llegar a sus labios donde besó reiteradamente.

We did it (Os) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora