La lluvia

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Camino por aquel cultivo de lápidas por mi cuenta, era un hábito común, aunque ya soy un adulto aún necesito de mis amigos y vaya que lo necesito a el de vez en cuando.

En mi mano llevo un ramo de flores y recuerdo las veces que pudimos darnos esta clase de regalos.
Siempre me apenaba o molestaba con sus ánimos y su manera de ser cariñoso pero a su vez su presencia era de lo más importante en mi vida.

Me preguntó si más allá de la verdad hay algo y si en ese algo puede recordarme, yo lo recuerdo.
Recuerdo el momento en el que lo vi por primera vez en la academia militar, en ese entonces no tenía barba y su cabello era algo más corto pero aún así desde ese entonces ya era el mismo y agradable tonto.

Las primeras palabras que me dijo, el momento en el que comencé a verlo como un amigo, el día que supe que podía confiar plenamente en el, la primera vez que me hizo reír, la primera vez que me hizo llorar, esa noche en la que nos abrazamos, nuestro primer beso...

Todos recuerdos bien clavados en mi memoria, negándose a irse pero la verdad no me molesta, es agradable llevar una parte de el conmigo.

Nunca fue mío y yo nunca fui suyo, simplemente existiamos juntos, tantos momentos románticos echados a la basura porque en el fondo estábamos aterrados pero, a su vez, eso nunca nos molesto.
Estaba feliz con solo tenerlo como un amigo y el también, claro, a su vez éramos mucho más que eso, éramos tan cercanos, éramos familiar, era mi amado.

Nunca estuve celoso de su esposa y se que el nunca estuvo celoso de Riza, éramos felices a nuestra manera, una parte de nosotros siempre callada pero aún así encontrábamos la manera de seguir unidos.
Y así seguirá por siempre, con el muere esa parte de mi, no es algo triste, es una promesa, me inclino para acomodar tus flores un poco y leo aquel nombre que salió de mis labios tantos veces.

—Maes Hughes...—.

Pronunció sintiéndolo rápidamente, siempre había lluvia en tu lápida.
La promesa fue hecha hace bastante tiempo y fue el quien la comenzó.

—Roy...—, dijo hace años en esa fría noche en el cartel —Te juro que no amaré a otro hombre como te amo a ti...—.

Nunca fui suyo y el nunca fue mío, pero solo tener una pequeña parte nos era suficiente.

Nunca será mío por completo y yo nunca seré suyo por completo pero saber que te llevaste una parte de mi...

—Te amo...—

Me levanté del suelo y acomodé mi uniforme, alcanzo a limpiar aquellas lágrimas antes de que bajen por mi rostro.
Era una reafirmación, tenía que decírselo por si más allá de la verdad aún lo estuviera dudando y lamento no habérselo dicho tanto como debería pero al menos ahora trataba de compensarlo.

Seguí mi camino en dirección opuesta, yendo a la salida de aquel cementerio, unos metros más allá de aquella puerta había un teléfono por lo que, como de costumbre, fui a realizar una llamada.

—¿Hola?—, escuché la voz de mi otro amor en la línea, aquella mujer de cabello rubio y puntería perfecta.

—Terminé todo por hoy, ¿podría visitarte?—.

—Claro, ¿estás bien? Suenas decaído—.

—Solo... Visité a alguien especial...—.

—...—, el silencio en la línea dejaba en evidencia que era consciente de dónde estaba y porque había ido.
—Bien—, agregó tranquilamente.

—Iré en un momento—, antes de dejar el teléfono tenía que decirlo, ella no era un reemplazo ni un consuelo, la amaba y tenía que mencionarlo.
—Gracias Riza—.

—No tienes que agradecer Roy—, dijo y esa fue su despedida.

Ella lo comprendía y estaba seguro que el también.
Nunca amaré a un hombre como lo amé a el pero soy demasiado obstinado para dejar todo el amor a un lado.

Siento una leve brisa pasar por mi rostro y si la alquimia me ha enseñado es que para recibir algo debes dar algo del mismo valor, se que es el devolviendome mis palabras.

Incluso la lluvia trae consigo cosas buenas, aquellas suaves brisas también son parte de ella, todo está unido, desde el calor que evapora el agua, el agua que se vuelve nube, la lluvia que nos empapa y la suave brisa que la lleva.

"Te amo... Roy".

Aquí estaré cuidando cada parte de el que se quedó, a su familia, su trabajo, su memoria, su legado y esa parte que llevo conmigo.
Nunca seré suyo y el nunca será mío pero siempre lo tendré a mi lado.



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La lluvia (Roy Mustang x Maes Hughes) (One-shot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora