End

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Las horas pasan en lenta agonìa. El tic tac del reloj de cucù rebota en las cuatro paredes de tu cuarto. Vas despacio de un lado a otro,de vez en cuando te sientas en el suelo y observas cuantos objetos conforman tu pequeño bunker. Una cama,un closet,un espejo(al que tapas con un paño siempre que no te gusta lo que refleja)una pequeña mesita de centro en la que tomas todas tus comidas de rodillas y con tus palillos haciendo culto a tu profundo amor por la cultura oriental,aunque algunos amigos dicen que es puro esnobismo;tienes ademàs un par de sillas,tus cuadros,tus discos y por ùltimo tu pequeño escritorio donde combinas trabajo,entretenimiento y pasiòn. Desde hace pocos años das clases de Quìmica en la Facultad,acabas de cumplir 30 años y eres una soñadora perdida entre infinitas pàginas hijas del desvelo  que quizas nadie nunca leerà. Hoy sufres porque èl te ha pedido que le escribas su historia. Prendes un cigarro para armar el rompecabezas,cierras los ojos intentando recordar como empezò todo y poco a poco las sombras toman forma. Te ves en el aula como siempre impartiendo tu clase,recorres la primera fila,la segunda,la tercera y no notas nada diferente. Tampoco lo hiciste cuando èl pasaba a veces por tu oficina a copiar una clase,a recoger un libro,a preguntarte algo...Te sorprendiste en una ocasiòn con màs interès en las manecillas del reloj que en los papeles que tenìas sobre la mesa y sin mucho sobresalto pensaste -sus visitas son entretenidas y alivian el estrès de un dìa de trabajo,solo eso-Pero luego intercambiaron nùmeros de telèfono y el alba los sorprendiò varias veces tecleando confesiones y complicidad. Un dìa lo tomaste del brazo y entraron juntos a la oficina y màs tarde te dijo que casi muere de pensar en lo que harìas. Pero no pasò nada y tu seguiste en tu letargo,tus papeles,tus tazas de cafè,tus clases. Sin notarlo apenas empezaste a extrañarlo,sonreìas a solas recordando como su cuerpo menudo se perdìa por los pasillos de la facultad mintras de lejos lo seguìas hasta verlo desaparecer en las escaleras. Esperabas con ansias cada encuentro y preparabas varios temas de conversaciòn que luego olvidabas mientras escuchaban los temas de rock que ambos preferìan. Te hablaba y te sentìas segura,feliz y una parte de ti lo deseo,querìas besarlo,morderlo,tocarlo...Y sucediò en unas de sus tantas visitas,ya salìan cuando lo tomaste del brazo para enseñarle la ausencia de una puerta mientras cruzabas los dedos para el milagro. De repente sentiste un calor en tus labios,imaginaste lo que estaba pasando y abriste los ojos. Èl te besaba,todo estaba lleno de luz y por varios segundos se detuvo  el tiempo en tu reloj de arena. Ahora te incorporas de un salto,el cigarro que sostenìas se consumiò hasta quemarte los dedos. Pierdes el hilo de la historia y te molestas. Te sientas con intenciones de escribir,tomas la pluma y suspiras. Sabes que esta historia serà como un fuego fàtuo,lo presientes. Su destino està escrito pero no quieres ponerlo en el papel. Tù a tus 30 eres una de esas hojas que el viento mueve de un lado a otro, quizas te poses cuando se esfume el verde esmeralda y el otoño te pinte de oro. Vas a escribir de como lo conociste,de como se apura la sangre por tus venas cual si fuera lava mintras èl te sostiene contra la mesa y te besa,te muerde,te toca. Pretendes escapar de una muerte anunciada. Hoy no vas a pintar un final,vas a correr hasta que las sombras te alcancen.

DarknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora