Me dirigí a la heladería para la entrevista de trabajo. Esta un pelín nerviosa; pero bah, después de irse de casa eso no era nada.
La heladería se encontraba en la avenida rey Carlos, cerca de un mini centro comercial, sabía llegar perfectamente.
Mientras andaba me sentía rara, extraña, pensaba lo que había hecho y eso me provocaba una inconformidad, la cual trataba de ignorar.
Pase por delante de un escaparate y de pronto me pare, era mi tienda favorita, um tendría que venir aquí luego. Me encogí de hombros y segui andando.
Comenzaba a ponerme nerviosa, queria llamar a Emily pero no lo iba hacer, sería mejor llamarla en la tarde pues no quería líos. Ahora tenía que centrarme en que iba a conseguir trabajo en la heladería. Empecé a imaginarme la próxima semana de rutina trabajando allí y la siguiente,...¡Basta! Pensé, tenía que dejar de torturarme a mí misma. Si trabaja en esto significaba que no iba a volver a casa, que no quería volver a casa...nunca. Pero yo había tomada una decisión: me había ido de casa.
Habia tomado una decisión al pensarlo, al hablar con mi primo, al buscar trabajo, al contarselo a Emily, al abrir la puerta esta mañana, hasta cuando cogi el maldito autobús, bueno con lo último menos. La cosa es que me había ido, yasta, finito, se acabó.; yo ahora me seltía culpable, me sentía mal, como una traidora por abandonar a mi familia y como una cobarde por no saber enfrentar mis problemas. Pero no era solo eso había algo más y aunque no podia saberlo con facilidad en alguna parte de su conciencia e incluso de su corazón tenía todas las respuestas.
Miraba a la gente hacer sus cosas con mi cara neutra, con la que la gente no llegaba a descifrar nada pero era tirando a desagradable.
Llegué por fin y abri la puerta, solo había tardado 15 min y llendo despacio.El lugar se encontrama animado con la gente hablando fuertemente y los camareros andando de un lado para otro rápidamente, había una canción que aunque no conocía y no era de la últimas se escuchaba bastante agradable, he incluso tenía un buen ritmo.
Me dirigí a la puerta que tenía el cartel de privado y toque dos veces-que nerviosa estaba-esperé un rato y volvi a llamar.
-¿Te puedo ayudar en algo?- Me giré, un chico que trabajaba allí con el ceño fruncido y mirada de desconfianza estaba cruzado de brazos.
-La verdad sí, vengo por lo del nuevo puesto de trabajo.-le sonreí amablemente para transmitirle confianza, no me gustaba que me mirara así.
-Ah vale, pensaba que te querías colar ahí. Si pensabas encontrar trabajo ahí lo veo dificíl es donde guardamos los materiales.-Rio.
-¿Entonces?-madremía que tonta he sido, encima este muchacho se está burlando de mí.
-La "oficina" esta tras el mostrador ¿ves?- miré y efectivamente allí había un cartel que ponia oficina, me sonroje y solté una risita nerviosa- pero el jefe está desayunando, es el señor calvo de la tercera fila.
-¿El de el helado gigante?
-Aja
-Muchas gracias...-me quede esperando que dijera su nombre.
-Umm?
-¿Cómo te llamas?-dije timidamente.
-Robert-espeto bruscamente.
-Pues gracias Robert.-dije encaminandome hacía alla.
-¡Espera!-dijo rápidamente
-¿Si?Parece que se lo pensó y dijo nada nada. Me quede confundida pero no le di importancia.
El "jefe" estaba sentado comiendose el helado mientras jugaba con su teléfono, y tenía toda la boca manchada.
Me sente enfrente de él y rápidamente dije:
-Hola soy sara, llamé ayer.
Puso cara de confusión que rápidamente fue cambiada por una de ya recuerdo.
-Sí, verdaderamente estaba interesado en ti pero sabes, vino alguien mejor y resulta que...¡la contraté!
¿Qué?Me quede alucinando, no podía ser.¿Y ahora qué hacía yo?
-Pero señor, usted dijo que guardarían el puesto hasta conocerme-me apresure a decir-es más, señalo que la entrevista era una formalidad que practicamente estaba contratada.
-Puede ser, ¿pero sabes? Lo he pensado mejor y no me arrepiento- dijo mirándome con superioridad.
-Así y esa persona ¿qué tiene de especial?- rete.
-Pues para empezar tiene diecinueve, a trabajado antes en una heladería y ... es una chica bastante guapa.(río). Bueno ya he hablado suficiente contigo, dejáme comer tranquilo.O sea, no sólo no me daba el trabajo, sino que encima se rie de mí y me humilla, pues eso es pasarse de la raya ¿quién se cree esté gran estúpido?
-No me lo puedo creer -dije de pie, obvio me había levando- no me da el trabajo y...y-y me dice fea- exprese con indignación.-Pues esto no se acabá aquí, usted se va enterar.- bueno en realidad si se quedaba no pensaba volver y aparte qué iba a hacer.Me miró con un ceja levanda y burlón. Argh maldito estúpido obeso.
Me dirigi hacia la salida apretando los papeles que llevaba contra mí, estaba tensa debido a mi enfado.Ahí estaba él al lado de la puerta ~Roberto~ que nombre más horrible; la última escena de la heledería lo había dejado con una estupida risa hasta que se percato de mi mirada, mi intensa mirada, su rostro cambio a ¿arrepentimiento? ¿culpa? No se.
-Tú idiota .
Me miro extrañado y dijo: ¿si?
Casi se me escapa una sonrisa porque respondió sin más a lo de idiota, que cuqui.
-¿Porqué no me dijiste que ya estaba cogido el puesto en vez de mandarme con él?- ya dije con un tono más relajado.
-Pues estuve a punto, pero...
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Me voy de casa.
Teen FictionSara Mendéz se quiere ir de casa, ya no puede seguir viviendo con su familia y piensa que todo sera muy facíl. ¿Todo sera tan sencillo como tenía planeado? ¿Tendra obtáculos que superar? ¿Se arrepentira?