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—P l a t i c a—

El trayecto a casa fue igual que el trayecto hacía la escuela. Valt mirando hacía la ventana y sus dos hermanos en silencio al igual que su madre, solo que esta vez, Valt estaba aun más preocupado que antes. Shu dijo que ese mismo día iría a la casa de Lui, o más bien, la casa de ambos para hablar directamente con él. Valt sabía perfectamente que Shu cumpliría su palabra a toda costa, no era el tipo de persona que dijese cosas al aire. Conocía bien a su amigo y sabía que esta tarde estaría parado enfrente de su ahora, nueva casa.

Al llegar a la residencia de los Shirosagi y los Aoi, Chiharu bajó al garaje para estacionar el vehículo. Notaron que el carro del señor Shirosagi no estaba, por lo que, eso significaba dos cosas. Una, que ni él ni Lui habían llegado, y otra es que seguramente ambos estaban muy ocupados. Alexander por dirigir una empresa, y Lui como hijo de una clase social alta, seguramente en actividades extracurriculares.

Cuando subieron a la segunda planta, es decir, donde esta la sala y el comedor, ya que la primera es el garaje, Valt fue directamente hacía el teléfono e intentó llamar a su amigo Shu, pero este solo lo mandaba al buzón de voz.

Los hermanos Aoi subieron a la tercera planta de la casa para llegar a sus habitaciones. Aprovechando que Lui no estaba, fue hacia el cuarto de los dos para sacar del closet ropa limpia y tomar una ducha. Después de eso, limpió y ordenó el baño para dejarlo como estaba antes. Pasados una media hora más o menos, Valt junto con Tokko y Nika, bajaron hacía el comedor principal para comer. Su madre ya les había servido la comida y los tres procedieron a comérsela.

Ya después, los tres hermanos subieron a sus respectivos cuartos, evidentemente, Valt se fue al cuarto de Tokko y Nika para hacer su tarea justo ahí. Nika se echo a dormir, y Tokko comenzó con sus deberes, por lo tanto, Valt estaba ocupando el escritorio de su hermana. Lo único que podía hacer por ahora era intentar mantener su mente alejada de la realidad.

Pasadas unas dos horas, ambos ya habían terminado de hacer sus tareas y Nikka apenas se despertaba. Valt decidió ir al baño, pero uno que no estaba en las habitaciones, sino uno cerca de la estancia del tercer piso.

Mientras exploraba la tercera planta, es decir, la de las habitaciones, paso al lado del cuatro de su madre, la cuál estaba doblando su ropa. Entró al cuarto para saludarla.

—¡Hola mama!— Dijo feliz Valt.—¿Qué estas haciendo?

Su madre, al notar su presencia, lo miro con una cara neutra y luego le sonrió. Ella se encontraba algo distraída, pero cuando llegó el peli-azul pudo volver a la realidad.

—¡Hola cariño! ¿Qué pasa? ¿Necesitas algo?

El oji-marrón se acercó a ella y se tendió en la dulce y comoda cama matrimonial mientras estiraba sus piernas y brazos.

—Solo pasaba a saludar. Por cierto ¿Por qué no ha llegado mi padrastro y Lui?

—Ambos tienen cosas que hacer, pero calma, estarán aquí como a las 6 o 7. Y dime ¿Qué tal va tu relación con Lui?

Esa fue la pregunta que le heló la sangre, no esperaba que su madre se sintiera intrigada en saber tan pronto como iban las cosas con ambos. Todavía no tenían ni tres días viviendo ahí y ya era todo un caos.

—Bien.— Respondió secamente el menor.

—¿Bien? ¿Solo eso vas a decir?

-¿Hermanos? ¿Tu y yo? ¡Agg!- Beyblade BurstDonde viven las historias. Descúbrelo ahora