Pienso en ti

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Los personajes no me pertenecen son de la gran Rumiko Takahashi esto es sin fines de lucro solo diversión por y para los fans.

Nota del autor: esta historia es universo alterno, cuando el amor llega a tu vida a veces la felicidad puede ser muy breve. Superar un mal amor podría ser fácil, pero ¿cómo haces cuando es todo lo contrario? ¿Cuándo ese amor se convierte en tu complemento perfecto?

-O-

A veces las desgracias vienen acompañadas de fortuna, una completa contradicción. Esa sería una frase para el recuerdo... me encontraba en vacaciones de invierno, un pequeño receso en la universidad traía consigo el relajo que necesitaba. Más mi mente y corazón estaban perdidos en aquella chica que trabajaba en la cafetería más cercana a mi casa estudio. Todos los días iba por un americano y ella siempre me sonreía regalándome un galletón con chispas de chocolate. En tan solo unas semanas de alguna u otra forma intenté acercarme hasta que finalmente lo conseguí.

Su nombre era Akane, ella estudiaba y trabajaba medio tiempo en aquella cafetería, teníamos la misma edad 23 años, recuerdo el sonrojo de sus mejillas cuando le pregunté si tenía novio, luego me reproché por la poca delicadeza que tuve pero es que necesitaba saber si en realidad tendría una oportunidad con ella. Finalmente me respondió dibujando un bonito corazón en el capuchino que pedí un viernes por la tarde.

Poco a poco fuimos acercándonos, teníamos muchos temas para platicar... podíamos pasar horas luego de su trabajo charlando de esto o de aquello, ella estudiaba para ser trabajadora social mientras que por mi parte entrenaba duro para un día ser profesor e impartir mis clases de deporte que tanto amaba.

Lo que más podría destacar de Akane, es sin duda su optimismo y esa sonrisa que me hipnotizaba, además de ser muy bonita. Blanca como la porcelana, de ojos marrones grandes e intensos y unas pestañas muy espesas, una respingada nariz que cambiaba de color con el frío y unos labios... oh por Kami, esa boca era como una fresa en pleno verano. La verdad era que se me antojaba demasiado pero no quería cometer errores, no podía porque en verdad ella me interesaba mucho.

Mis amistades notaron mi ausencia en algunos eventos sociales y pronto notaron que andaba enamorado... a dos meses de habernos conocidos me sabía todos sus horarios, los días que no iba a la cafetería la esperaba en la estación de trenes, contaba los minutos por ver sus manos moverlas enérgicamente al notar mi presencia. No sabía con exactitud si ella sentía lo mismo que yo, pero Akane era tan dulce como la miel solo conmigo, pues habíamos tenido la oportunidad de sociabilizar con otros compañeros y puedo asegurar que ella jamás les sonrió como lo hacía conmigo.

Caía la primera nevada en Tokio, era perfecto pensé. Tomé mi celular y antes de que pudiera marcarle, su nombre aparecía en mi pantalla, contesté torpemente ante el nerviosismo...

-¿Sí?

-Ranma ¿cómo estás? - preguntó con la voz algo apagada.

-Bien, justamente iba a llamarte quiero verte ¿estás ocupada? - pregunté curioso.

-Tengo una hora antes de mi turno- respondió.

-Perfecto, te veo donde siempre- dije feliz, me declararía era preciso decirle lo que sentía sobre todo en la primera nevada...

Ambos cortamos la llamada y me puse un abrigo, cogí mi paraguas y salí raudo hasta el parque que se encontraba frente a la cafetería, era nuestro punto de encuentro ya que estaba al medio de ambas universidades y de donde vivíamos.

Cuando llegué vi la delicada línea de su espalda, usaba un abrigo color rosa hasta sus rodillas, botas largas y un vestido negro debajo que dejaba ver tímidamente sus rodillas cubiertas por unas pantis. Su melena azulada llevaba puesto el broche en forma de infinito que le obsequié hace dos días, en su mano derecha colgaba una bolsa.

Siempre estoy a tu ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora