El fénix y la banshee [Marvel Fanfic]

Capitulo 2

-Y... se fue contra esa papelera, a unos quince metros de donde deberías haber dado -dice Natasha llevándose las manos a la sien para empezar a masajearla con los dedos. Era el quinto tiro que hacía, la quinta vez que fallaba. Por poco, pero fallaba.

-Nat, si lo piensas bien, está a quinientos metros de mí, unos quince más o menos no influyen demasiado.... -aparto mi mirada de la mira del rifle y se me va apagando la voz a medida que veo el semblante serio de mi compañera- Olvídalo, no he dicho nada.

La pelirroja me arrebata el rifle y antes de que pueda decir nada da dos disparos, seguidos y me lo vuelve a pasar, mirándome con esos ojos que dicen que así es como debería hacerlo. Que ese es el nivel de los Vengadores y que no estoy a la altura. Me da unas palmadas en la espalda, tratando de animarme. Es lo que me gusta de ella, sabe que debemos entrenarnos y ser los mejores, pero piensa en nosotros también como personas, no como simples armas de matar. Creo que en cierta manera nos trata como a los hijos que nunca tuvo... y, si los rumores son ciertos, nunca tendrá. Es una verdadera lástima, sería una madre estupenda.

-Gwen, no te preocupes. Tienes potencial, igual que tu hermana. Sólo hace falta que confíes en ti misma. A media distancia eres letal y un operativo muy útil, eres nuestro escáner por así decirlo, en el terreno nos das una ventaja táctica muy importante. Eso sí, tienes que pulir tus habilidades, porque tienes que estar sí o sí cerca de nosotros, no puedes quedarte en la base. Y por supuesto, no podemos depender de que haya otra persona guardándote las espaldas. -suelta un suspiro y me mira, noto cierta lástima y comprensión emanando de ella, pues ella también ha sido alguien que ha tenido que trabajar sola- Además, piensa que, si todos sabemos que estás a salvo, podemos concentrarnos mejor en la operación, ¿no crees?

Sé a lo que se refiere. La tranquilidad que tendría mi hermana al saber que me sé defender y que no me pasará nada haría que se pudiera centrar en otras cosas más importantes, como el objetivo o simplemente no salir ella herida por tener la mente en mí.

Tras otra media hora en la que consigo dar al objetivo un par de veces, me deja sola practicando el desarme del arma y la transformación en un arma de cuerpo a cuerpo. El gran rifle, si se hace bien, puede convertirse en una vara que si bien no es mortal puede incapacitar a aquel que se acerque demasiado a mi posición o que me sorprenda por la espalda. Tengo que ser capaz de hacerlo en menos de un segundo, que sea algo automático para que realmente sirva para defenderme en esos casos. Si tardo más, podría significar mi muerte. Es simple: doy al botón, giro la muñeca y hago girar el arma para que cada pieza se reubique dejando el gatillo oculto para que no se dispare sin querer. Soy realmente buena en ello, pero mis músculos aún no han aprendido el movimiento de tal forma que sea natural, rápido, como si fuese parte de mi ADN. Tengo que hacerlo más rápido, más decidida, casi sin pensarlo....

-Vaya, vaya. La pequeña empática tiene un juguete. Creía que lo tuyo era manipular a la gente.... Algo como lo que yo hago, más o menos.

Al escuchar la voz detrás de mí, instintivamente transformo el rifle en vara y me encaro a la persona que está tras de mí. No podía creérmelo. Le apunto con el arma, frunciendo el ceño. Las ropas eran inconfundibles, dorado y verde. Lo único que le faltaba era su casco característico, con esos cuernos que a muchos niños les dio pesadillas allá por 2012 cuando hizo de la Tierra su objetivo y mataba a diestro y siniestro. O eso pensábamos.

-Loki. ¿Qué haces aquí? Tendrías que estar en Asgard, siendo juzgado o en la cárcel directamente. ¿Desde cuando las leyes allí son tan blandas con ladrones, asesinos y, sobre todo, traidores, hm?

Se acerca más a mi y yo no bajo la vara, le apunto directamente al pecho en una postura que no es muy cómoda dada la diferencia de altura y que cada vez se acercaba más, hasta el punto de que su pecho choca con el metal, haciendo que sonría con superioridad.

-Bueno... digamos que han pasado muchas cosas. Además, las noticias vuelan y quería conocer a las nuevas integrantes de los Vengadores... Aunque creo que todavía estáis en la escuela. Cada vez os reclutan más jóvenes, de verdad. Pero ¿estáis seguras de que os están entrenando bien? ¿Una vara de metal, en serio?

Da con la mano a mi arma, apartándola como si fuese un palillo, pero me quedo quieta, sin apartar la mirada de él. Sabía lo peligroso que podía ser y que si estaba aquí era porque se había escapado y venía por algo mucho más importante que simple curiosidad. Aunque... si me paraba a analizarle, la mentira siempre dejaba un residuo en las emociones, como una neblina tóxica, pero no lograba sentir nada así en él. Así que... ¿está diciendo la verdad?

Estoy confundida, mucho. Y me relajo por un momento, lo suficiente para que Loki se aparte y se acerque aún más a mi pero una bola de fuego acaba estrellándose justo entre nosotros. Ambos nos sorprendemos y nos apartamos. Miro al cielo y la veo. Axara, mi melliza, cubierta en llamas vuela hacia nosotros con otra bola de fuego en la mano, preparada para volver a atacar.

-Aléjate de mi hermana, cornudo con complejo de dios. Un paso más y te convierto en barbacoa asgardiana, tú verás.

Aterriza delante de mí, protegiéndome como siempre ha hecho y forma otra bola de fuego en la mano que tenía libre. Loki vuelve a sonreír, pero esta vez es distinto. Siento el calor que emana mi hermana en esa forma, pero también siento un calor extraño que viene del dios de la mentira. Ahora mismo no tengo tiempo para eso y formo un pequeño escudo que hace que no me puedan invadir las emociones de las personas cercanas, evitando distracciones.

Mi hermana vuelve a lanzar otra bola de advertencia, que hace que Loki de otro paso más hacia atrás y, por si fuera poco, como si esto fuera un juego, suelta una pequeña risa traviesa.

-Vaya, vaya. O sea que los rumores son ciertos, la empática y la de fuego, los nuevos monstruos de la Tierra. Esto va a ser interesante. A ver cómo os las apañáis con lo que os viene encima. Tendré un ojo puesto en vosotras, sobre todo a ti, Polvorilla. Arderé en deseos de volverte a ver.

-Que te pires de aquí a no ser que quieras arder de manera literal.

Y tal y como vino, el dios nórdico desapareció en nuestras narices.

Axara se gira hacia mí, haciendo desaparecer todas sus llamas y me coge de los hombros, examinándome por si a Loki se lo había ocurrido ponerme las manos encima. Bajo mis escudos y le mando una sensación de tranquilidad que la envuelve y hace que me suelte, frunciendo el ceño y meneando la cabeza para aclararse las ideas. Notaba el sentimiento que le había mandado y no le estaba gustando.

-No, no hagas eso. Tengo derecho a estar preocupada. ¿Se puede saber qué hacías hablando tranquilamente con ese? ¿Te recuerdo qué hizo, eh? ¿Lo que puede llegar a hacer?

-Estoy bien, y te noto que estas más preocupada de lo que deberías. No me ha hecho nada, no le ha dado tiempo. Tampoco estoy segura de que quisiera hacerme daño. Hacernos, porque ha dicho que quería conocernos. A ti y a mí. Sabía de nuestra existencia, cosa que no me explico porque nadie, absolutamente nadie sabe que estamos aquí... pero Xiry, creo que no mentía. Creo que ha venido justo por eso. Y... no he notado maldad en él.

Aparto un poco de tranquilidad de mi melliza y vuelvo a notar su preocupación, pero dejo que la sienta. Es verdad, tiene derecho. Aunque no puedo evitar coger un poco de ese sentimiento para mí. Es algo que no puedo evitar.

-Sabes... sabes que tenemos que informar, aunque creas que Loki ha venido en son de paz. No te puedes fiar de un dios como él.

Asiento y Axara me rodea los hombros con el brazo y me da un beso en la sien. La siento mejor, aliviada y me relajo por fin, apoyando mi vara en el suelo y rodeo con el brazo libre su cintura. Sin decir nada más, andamos el camino de vuelta, sabiendo que tendríamos que dar muchas explicaciones en cuanto llegáramos a la base.