Jade
Una vez llegamos a mi casa, decidí colocar la bolsa y las cosas que había comprado en su lugar mientras Zack se acomodaba.
- ¿Eres tú? - Preguntó señalando una de las fotos que estaban sobre el mueble donde también se encontraba la tele de la sala de estar. En la foto salía yo con 8 años, sonriendo y sosteniendo un batido casi mas grande que yo en la mano.
- ¿Tanto se nota? - Bromee mientras sacaba algunos ingredientes para empezar a cocinar algo. Pensaba hacerle algo de comer antes de hacer cualquier otra cosa.
El me observó mientras sacaba cada ingrediente y los ponía sobre la pequeña isla que nos separaba a escasos metros. Serio y distante.
- Voy a hacer algo de comer. ¿Te gustan las tortitas con miel? Eso me sale de maravilla. - Sonreí dejando la harina al lado de los demas ingredientes.
El asintió aun sin relajar el rostro y rodeó la isla hasta situarse a mi lado.
- Aunque... el ambiente está algo aburrido... Tal vez un poco de música no vendría mal - Caminé hasta la sala de estar, la cual estaba justo al lado de la cocina, por esa parte era positivo ya que cada vez que comíamos podíamos ver la tele a la vez.
Abrí YouTube en la TV y puse la primera canción que se me vino a la mente, una que podía subirle el ánimo a cualquiera, perfecta para esta ocasión. "Avicii - The nights" Era una de mis favoritas y disfrutaba muchísimo bailarla.
El pareció reconocerla porque relajó su expresión y sus labios formaron una sonrisa con los labios cerrados.
- Parece que también tienes buen gusto musical, por ahora. - Respondió apoyando los dos brazos sobre la isla.
- Nunca subestimes mis gustos - Respondí encogiendome de hombros con una sonrisa y poco después comenzamos a preparar la comida mientrad nos dejábamos llevar por la música.
Yo estaba dando pequeños saltos y bailando al ritmo de la música agitando las claras de huevo junto a la leche mientras el esperaba también moviéndose al ritmo de la música con la harina en la mano a que terminara de mezclarlo.
Hasta que...
- ¡Eh! - Me quejé riéndome cuando sentí que algo de harina cayó sobre mi rostro.
Me había tirado harina y se estaba riendo a carcajadas de mí. Sentí la venganza apoderarse de mi, entonces cogí un puñado de harina y se lo eché encima. Le cayó por todas partes, ensuciando su pelo, cara y ropa.
Entonces ahi empezó el descontrol.
Segundos después estábamos en una batalla de harina, caía por todas partes. El suelo, la encimera, pero sobretodo nosotros, estábamos completamente manchados de harina y no podíamos dejar de reír, tanto que nos faltaba el aire.
Entonces cuando vi que estaba apoyando sus brazos sobre la encimera soltando una carcajada tras otra, decidí intervenir una última vez. Cogí el bote entero de harina y caminé rápido hasta estar lo suficientemente cerca para tirarselo en la cabeza. Pero salió mal. Antes de llegar, resbale cayendo sobre él y finalmente tirando lo que quedaba de harina sobre los dos.
Caímos al suelo y por un momento nuestros rostros se rozaron pero levanté la cabeza rápidamente antes de que algo pudiera suceder. Sus ojos estaban más abiertos que de costumbre con pizcas de harina sobre sus pestañas, su boca estaba entre abierta y suponía que yo estaba igual y de hecho mas sonrojada que nunca.
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LUCES Y SOMBRAS
Teen FictionEstamos acostumbrados a escuchar que el amor puede con cualquier barrera ¿Pero es realmente verdad? Nunca conocemos del todo a una persona, no sabemos lo que puede haber al final de ese bonito y colorido túnel... Las personas somos una caja de sorp...