Desde la antiguedad el cielo ha sido el punto clave para todo gran descubrimiento, el hombre ha aprendido a observarlo con cada parte de su pupila hasta poder deleitarse con sus asombrosos misterios aún sin resolver.
Cada estrella es una historia, posee un nombre y un ciclo, el polvo cósmico que rodea todas las cosas existentes en el universo hasta lograr hacerlas brillar como brillantina magenta y púrpura.