Nishimura Riki no podía estar más enamorado y feliz con su vida. El ambiente cálido que rodeaba a su pequeña familia de ahora tres no lo cambiaría por nada ni nadie jamás.
El pequeño Nishimura Jungyon había nacido hacía seis meses. Era un regordete bebé que amaba estar sobre el pecho del alfa, en los brazos de su papi omega y saltar como un resorte cada vez que alguien lo alzaba y colocaba de pie sobre una cama, mueble o en sus piernas —todo gracias a que su tío Sunghoon le mal enseñó esto—.
Había algo que antes del nacimiento de su hijo ponía muy triste a Riki: Que su precioso Jungwon ya no tendría esa pancita que amaba mimar. Pero ahora tenía un pequeño resorte al que besar y mimar, además de que su omega después de dar a luz quedó con unos kilos de más.
Eso no le importaba en absoluto al alfa, de hecho disfrutaba pellizcar las abultadas mejillas, rodear con sus brazos la pancita de bebé —que ya no llevaba uno—, acariciar las caderas y sobre todo estaba agradecido con el gran trasero que le dejó el embarazo.
Jungwon estuvo muy decaído por la perdida de su figura pero Riki cada día se encargaba de halagarlo y decirle lo grandioso, hermoso, precioso, divino y todas las cualidades posibles que hicieran sentir al omega orgulloso de su cuerpo. Lo logró y su omega dejó de importarle eso hasta que empezó a lactar, a levantarse en medio de la noche y regresó casi a su peso anterior.
⊱✿⊰
Jungwon se encontraba acostado de lado en la cama mientras su cachorrito estaba a su lado. EI omega admiraba esos ojitos oscuros diminutos y brillosos que lo observaban mientras se alimentaba de su pezón.
Al principio fue molesto cuando empezó a amamantar pero una vez se acostumbró era uno de los momentos que tanto él como su omega amaban. La paz y tranquilidad que tenía al tener esa pequeña criaturita que él mismo llevó en su vientre ahora alimentándose con parsimonia lo llenaba de gozo, era una sensación inigualable que fortalecía el lazo que tenía con su hijo.
Acarició con su dedo las abultaditas mejillas, pasó a los suaves bracitos y cuando fue bajando el bebé lo tomó entre sus gorditas manitas, el omega solo podía amar aún más de lo que era posible a su hijo, cada día su corazón desbordaba ternura con cualquier mínimo acto que realizara el cachorro.
El sonido de la puerta principal abriéndose y cerrándose lo sacó de su burbuja, significaba que su alfa había llegado.
El aroma que adoraba se hizo presente, el alfa estaba en la entrada de la habitación asomando su cabeza con una expresión de sorpresa, el bebé dejó de alimentarse para mirar donde se encontraba Riki y sonrió.
Jungyon siempre que veía a su padre alfa sonreía automáticamente.
— Hola a mis amados bebés.
Riki entró de una vez directo a la cama, besó en los labios a su pareja y en la cabeza a su cachorro.
— Ni-ki, Ni-ki ¿Cómo te ha ido? — preguntó como era costumbre.
— Muy bien, hoy no tuve tanto trabajo, ya había dejado listos algunos pasteles que fueron encargados. — habló. El alfa era dueño de una pastelería reconocida en la zona por sus coloridas y bonitas decoraciones, aparte por sus deliciosos panes, pasteles, galletas, café y todo lo que se vendía. — ¿Y a ti? ¿Cómo se ha portado este bebé tan lindo?
— Eso es excelente, amor. Hoy no he hecho gran cosa, Sunoo vino a ayudarme con el almuerzo pues Jungyon ha estado muy comelón últimamente, creo que he perdido peso por lo mucho que come tanto en el día y sabes cómo es en la noche.
Se acostó al frente de su pareja dejando el bebé en medio, éste se giró para ver a su padre. — Que pequeño terromoto, de razón estás tan gordito si consumes a tu papi.
El bebé solo sonreía sin entender lo que le quería decir creyendo que estaba jugando cuando le tocaba la mejilla, bracitos y pancita cuando en realidad le estaba señalando aquellas partes rellenitas.
Jungwon se volvió a tapar el pecho al ver que su bebé se entretenía más con Riki pues no quería que se regara la leche. El mayor al notar esto decidió bromear un poco con algo que molestaría a su hijo.
— Oh, qué tengo aquí. — se levantó para rodear la cama y quedar frente el pecho del omega.
— ¡Riki! — gritó el omega cuando el alfa posó sus manos y luego puso su cabeza sobre sus pezones, sabía qué iba a hacer.
— Esto es mío, hijo. No tuyo, solo te lo presté pero como te veo ya muy bien alimentado y pronto pasarás a papillas volverá a ser mío. — habló mirando al bebé, que frunció su ceño y puchereó. Era un celoso con su papi omega.
— Ya Ni-ki, no molestes a nuestro cachorro.
Riki obedeció riendo antes de que su hijo se pusiera a balbucear fuerte como si se estuviera quejando.
— Bueno, bueno, ven bebé, no te enojes con papá que te quiere mucho y solo le gusta molestarte. — levantó al bebé y besó en toda su carita, éste se olvidó de todo y rió.
Jungwon solo observaba divertido y encantado otra imagen diaria de los dos hombres de su vida juntos.
Así como se le calentaba el corazón cuando veía a su alfa acariciar su pancita y hablar con su cachorro ahora se le calentaba en verlos interactuar y reír en frente suyo.
Fin.
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pancita ¡𔘓! wonki
Fanfictionpara riki no había nada más adorable que la pancita de su omega. - ʕ •́؈•̀ ₎ 𝗗𝗘𝗧𝗔𝗟𝗟𝗘𝗦 ' Ꮺ › ( ♥︎ ) nishimura riki & yang jungwon. ( ♥︎ ) n. rk top ¡! y. jw bttm. ( ♥︎ ) omegaverse au. ( ♥︎ ) mpreg, fluff, soft. ( ♥︎ ) adaptación, corres...