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Como recuerdo tu sonrisa, era tan difícil verla, tan difícil que puedo contar con los dedos de mis manos las veces que la ví.

Es así como se desvanecen todos los recuerdos, aquellos que alguna vez fueron mi presente, aquellos que hoy forman mi pasado y quien soy.

A veces me pregunto, ¿si lo nuestro hubiera tenido solución, pagaríamos el precio para repararlo? No. Aunque tuvieramos la oportunidad de repararlo ¿Cómo reparar algo que se niega a una solución? ¿Cómo reparar algo que no quiere ser arreglado? Aunque se reparara, no sería por voluntad propia y se marchitaría con el tiempo; los errores son necesarios para aprender y dejarlos ir, por eso no estaríamos dispuestos a pagar el precio. La vida misma se cobra el precio de sus lecciones, por que son éstas las que nos hacen como persona, aunque las más valiosas resultan ser las más caras.

Arden como una herida y cuando se curan dejan una cicatriz en el alma.

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⏰ Última actualización: Mar 09, 2023 ⏰

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