~GENSHIN IMPACT X READER~ (oneShots)

¡¡Venti!!

para @yukixc <3

¡¡Female reader!!

-¡maldita Amber! 

te encontrabas cerca del gran árbol del levantaviento mirando desde un arbusto a un campamento de hilichurls cuya eliminación les fue encargadas a ti y a Amber, ya que eran las dos caballeras mas fuertes disponibles, lastima que Amber le dio por abandonarte cuando estaban frente al campamento con la excusa de "voy a recoger las margaritas voladoras de la cercanía" pero nunca regreso, aun así no ibas a aceptar la derrota, era un campamento bastante pequeño, constaba de 3 hilichurls con bate, un arquero y un par de slimes anemo, estabas lista, preparándote mentalmente para atacar, sacaste tu catalizador y te acercaste sigilosamente al campamente, decidiste llamar su atención con tu ataque cargado desde una distancia prudente, bajo los pies de uno de los hilichurls saltó una llamarada de fuego ascendente formando una ilusión de una cecilia carmesí, eras usuario pyro, los enemigos quedaron desconcertados por no saber de donde provenía el ataque, te acercaste más al campamento mientras hacías varios ataques sencillos lanzando pequeños misiles que explotaban al tener contacto con tus enemigos, mientras esquivabas las flechas del hilichurl arquero pudiste deshacerte de los demás, solo quedaban los slimes, decidiste utilizar tu habilidad elemental, levantaste tus manos lanzando con ellas tres pequeñas semillas de cecilia que se quedarían flotando dando vueltas a tu al rededor, cada 2 segundos promedio estas semillas lanzaban ráfagas de fuego hacia el exterior, siempre pensaste que esa habilidad te hacia parecer a los mecanismos lanzallamas giratorios que hay en los dominios pero no te molestaba, mientras atacabas a los slimes tu habilidad iba curando los rasguños y raspones que te habías echo en la batalla, si, aparte de fuerte y empoderada, eres sanadora, que gran combinación, después de deshacerte de los slimes  escalaste la torre donde se encontraba el hilichurl arquero, utilizaste de nuevo tu ataque cargado y acabaste con él, recogiste las recompensas que dejaron los enemigos y te dispusiste a ir de regreso a mondstat y reclamarle a tu "compañera" de encargo

mientras caminabas pasaste por el frente del gran árbol "esto es bastante nostálgico" pensaste mientras te acercabas, recogiste algunas margaritas voladoras y las juntaste en un ramo para ponerlas de ofrenda frente a la estatua de barbatos del lugar, después de esto te sentaste entre las raíces recostando tu espalda en el tronco del árbol, cerraste los ojos y a tu mente vinieron todos los recuerdos de lo que había pasado hace ya mas de tres meses, recordaste como un día en los que tu cansancio y estrés invadía tu mente por la investigación de como derrotar a stromterror, caminabas por la plaza y de repente escuchaste el canto de un bardo, nunca lo habías visto pero su voz era celestial 

-venti...- susurraste mientras una ligera lagrima se deslizaba por tu mejilla

volviste a recordar todo lo que pasaron juntos, una extraña viajera, jean, Diluc y la pelea con Dvalin, todo volvió a tu cabeza, las lagrimas que derramó venti al contarte toda la verdad, el dios que tanto admirabas era el mismo bardo con el que disfrutaste tanto y pasaste tantas cosas, con el que ayudaste a vencer al dragón que acechaba tu amada ciudad, todo eso, lo recordabas como si fuera ayer aunque ya habían pasado más de tres meses de lo sucedido y más de tres meses desde que venti se fue de mondstat a seguir su camino de bardo, suspiraste al volver a sentir aquel vacío en tu corazon por haberte enamorado de un bardo que nunca estuvo a tu alcance y que al final se fue de tu lado sin siquiera saber lo que sentías por él, pero ya no importaba, ya no estaba, tu solo seguías dándole ofrendas a las  estatuas y orándole a barbatos con la esperanza de que él oyera tus suplicas y venti volviera a estar entre tus brazos

cuando volviste a la realidad ya estabas llorando cruelmente, con un mar de pesadas lagrimas descendiendo por tus mejillas, te limpiaste e intentaste calmar tu llanto, te paraste de tu lugar y te dirigiste de nuevo hacia la estatua de tu arconte, te pusiste de rodillas, juntaste tus manos y dijiste: