07

2 0 0
                                    

mi teléfono sonó al día siguiente.
Conteste la llamada mientras temblaba.

—¿que quieres?
pregunté

—jack, por dios, ¿donde estas?, tienes que volver..

—n-no.. tú vas a matarme..
Comencé a llorar.
Daniel escucho mis sollozós así que se asomó

—¿que estás haciendo?
susurró.

mi teléfono se tambaleaba en mis manos.
no podía casi ni respirar.

—no quiero verte.
Dije

—¡Debes regresar!, ¡No estás segur—
Daniel quito el teléfono de mi mano, al parecer, muy molesto

—No. No volverá contigo jamás, mira lo que le has hecho, lo has traumado.
reclamó, luego colgó y quizá hasta borró su número.

Él tomó mi rostro.
Yo solo observé sus ojos azules.

—no te preocupes, estarás bien..
limpio unas lágrimas de mis mejillas.

Aunque ahora tenía una pregunta..

—¿crees que tenga razón?
le pregunté..
La mirada de Daniel se volvió un poco más opaca..
a decir verdad, me asusté.

—él no tiene razón..ahora pasas por un momento difícil, ve a dormir y después hablaremos..¿si?, Aquí estaré siempre por si me necesitas..

no le tome mucha importancia, solo desvíe la mirada y fui caminando hasta la habitación.

Mi corazón palpitaba de forma rápida y la voz de zach retumbaba en mi cabeza.

Ahora pensando un poco, aquella silueta era bastante alta...y zach no podía haber sido... estaba siendo muy estúpido.

Claro que había sido él.

Fue el primero el aparecer en ese maldito hospital.

—daniel..
Susurré.
Él me escucho.

—¿Necesitas algo?

—¿podrías dormir conmigo?
murmuré.
Tenía miedo.

—tengo cosas que hacer, pero te prometo que no te pasará nada, puedo quedarme aquí contigo hasta que sepa que estés perfectamente dormido.
Susurró.
yo reí un poco

—Esta bien.
Me recosté sobre el colchón, él se sentó a mi lado, yo le daba la espalda, sin embargo sentía su mirada.
y lentamente, caí en un sueño.

De nuevo estaba en la oscura calle, él piso estaba frío y húmedo.

Una mano se posó sobre mi cuello, casi asfixiandome, intenté quitarla de encima.

Eso parecía.

Sentí algún metal frío cuando toque su mano.
Como el de un anillo.

Luego todo era oscuro.

Me desperté sudando frío, de seguro otra pesadilla.
Daniel no estaba a mi lado.

Me dolía la cabeza.

En la mesa de noche había un vaso de agua y una pastilla.
Seguramente Daniel había salido y me dejó eso por si lo necesitaba.

Tome la pastilla junto al agua y me levanté algo mareado, intenté abrir la puerta pero no tenía la suficiente fuerza como para lograrlo.

retrocedí unos pasos y me caí al suelo, mi cuerpo no respondía a mi llamado.

mis ojos se sentían pesados.

me sentía...

[ JACK AVERY ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora