One-Shot

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El cielo nocturno estrellado iluminaba tenuemente un templo sintoísta, donde cierta doncella se encontraba tranquilamente mirando a la infinidad de estrellas con una cara serena, ella dejo escapar un pequeño suspiro antes de mirar a la ciudad en el horizonte cercano, sus ojos violetas casi rojizos recorrieron las luces de la ciudad con poco interés, ella se levantó de su posición sentada y giro hacia una de las habitaciones del templo, su cabello negro se meció suavemente detrás de ella con cada movimiento, su vestimenta de miko se estremeció un poco con una corriente de viento, lo cual la hizo contraerse ligeramente

-"está empezando a hacer frio..." ella comento mientras reanudaba su camino "Una noche sin nada que hacer, ha pasado un tiempo". Ella comento mientras entraba a la habitación, que resultó ser su cuarto, ella se dejó caer en el futon que estaba arreglado en medio del cuarto "... Si tan solo no estuviera sola". Ella comento suavemente, su kimono se arrugo un poco con sus movimientos pero no parecía importarle, ella cerro los ojos y dejo que sus sentidos viajaran libres, escuchando, oliendo, sintiendo cualquier cosa a su alrededor, repentinamente algo llamo su atención, estaba lejos pero no muy lejos, una energía mágica extraña, ella no podía determinar que era, nunca había sentido algo así, ella dejo que sus sentidos se inundaran con aquélla sensación extravagante, después de determinar su ubicación, abrió los ojos y se enderezo

-"Tendría que decirle a Rias sobre..." ella se detuvo al recordar la causa de su día libre, su maestra no estaba en el mundo humano, ella fue con Issei al inframundo a petición de su familia, Akeno iba a ir con ellos junto a los demás pero Rias les dijo que se tomaran el día ya que quería que fuera algo privado, aunque no estuvo de acuerdo y lo hizo saber pero cayó en oídos sordos, suspirando dejo de pensar en su ama y pensó en sus compañeros de nobleza, pero por alguna razón desconocida para ella misma, decidió descartarlos, fue una corazonada, un presentimiento, algo dentro de ella la llamaba hacia esa energía -"Solo tendré que dar un vistazo, es el centro de la ciudad y está bastante concurrido, si llega a ser algo importante puedo ir al inframundo y decirle a Rias". Aunque no había nadie que la escuchara ella hablo con firmeza, era solo para darse algo de ánimo y buscar una excusa para hacer algo que no estaba acostumbrada, pese a la personalidad que mostraba exteriormente ella sabía que en el fondo era una chica frágil con un secreto pesado, pensar en su secreto hizo que su mente se dirigiera a cierto peón de cabello castaño, sacudiendo la cabeza y despejando sus pensamientos

-"No es hora de dejarse llevar por los pensamientos, será una misión rápida". Ella volvió a comentar al aire, solo para motivarse a sí misma de que estaba haciendo lo correcto, rápidamente fue a su armario para cambiarse la ropa, después de un momento cambio su atuendo, aunque no hubo una gran variante, cambio su kimono de miko por un kimono negro liso, con un obi blanco, tenía la apariencia de una joven tradicional, había pensado en usar su uniforme pero descarto la idea para algo más casual, para no ser tan fácilmente identificada

-"Bien... supongo que estoy lista". Ella todavía dudaba, no sabía porque lo hacía, se excusaba bajo la idea de que era algo que Rias le hubiera pedido si ella estuviera actualmente en el mundo humano "Bien... aquí vamos". Ella declaro con determinación antes de convocar un círculo mágico de tele-transporte

Ciudad de kuoh, centro de la ciudad

En uno de los tantos callejones de la ciudad un brillo rojo resplandeció y la figura de una joven mujer emergió de el, Akeno miro a su alrededor rápidamente a su alrededor antes de concentrarse en sus sentidos y localizar nuevamente la energía extraña, después de un segundo volvió a sentirla, estaba relativamente cerca, ella salió del callejón y noto la gran multitud de personas yendo y viniendo por las calles del lugar, para ser las once pm estaba bastante concurrido, ella lo asocio a que era viernes y la juventud probablemente estaba dejando salir su libertinaje, bajo la tutela de la noche

La noche de los mestizosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora