Bajo el régimen de Pedro l castillos se estaba volviendo un infierno, injusticia, desesperanza, enfermedad y bandolerismo. Realmente esto no preocupaba tanto como la desendencia de natalidad absurda que estaban teniendo gracias a la desconocida infertilidad masiva en Europa. Era hora de limpiar este reino donde la población no era mucha y aún así no se libraban de los maleantes. Pedro l tuvo que tomar las cartas sobre la mesa, empezar el reino desde cero.
Secuestrando a chicos de otros reinos, a los más jóvenes a los virgenes que tenían la posibilidad de ser fértiles.Me desperté por unas voces que escuché, eran apenas y susurros de chicos que estaban sentados en el centro de una habitación, al parecer desperté en un cuarto de un reino, lo sabia por los acabados, me habían golpeado para traerme aquí, era un cuarto muy moderno y cálido con chimenea y almohadones grandes una gran puerta de madera y solo tenía unos pequeños ventanales, al girarme y mirar aproximadamente 9 chicos de entre 16 a 19 años hablando entre ellos como si se conocieran de toda la vida
—Hey tú — Una chica de gran tamaño me estaba dirigiendo la palabra
—¿Sí? — dije apenas audible para ella—¿Cómo te sientes? —le preguntó la chica con un acento extraño que auguraba que era extranjera estaba vestida de criada seguramente una esclava traída de África, era alta como un hombre, grande como una amazona, con cuerpo turgente y curvilíneo de sirena y una melena oscura del mismo color que su piel de ébano lustrosa y saludable, algo extraño para esos años, probablemente su comunidad había sido tan pequeña que ni la peste había llegado a ella.
—Soy Sarabi, aquí me llaman Sara —le dijo moviendo sus caderas grandes contoneando la falda para ir por una garrafa de agua, sirvió un vaso para acercarlo a los labios del debilitado chico.
—Llamaré al médico...debes pasar primero la cuarentena antes de poder ver a los señores, no hay excepciones, no después de esa enfermedad terrible mató a tantos, este castillo apenas opera con un cuarto de su personal, estamos muy ocupadas, yo misma he visto a cientos de chicos venir antes que tú muertos los pobrecitos, unas criaturas angelicales, Dios los tenga en su santa gloria. —le dijo parlanchina mirándolo con sus ojos oscuros, grandes tupidos de pestañas, todo en su rostro era grande la nariz chata, los labios gruesos, los pómulos altos, pero de alguna forma le daban un aspecto agraciado y cuando sonrió tenía casi todos los dientes alineados como perlas demasiado brillantes en un rostro de tinta.
—¿Médico?, no me siento mal, estoy bien, los médicos son malos, ellos asesinaron a mi familia, ¡por favor no los llames! — grité tan exaltado que hice que la habitación quedara en silencio para después oír cuchicheos — ¡¿QUE ACASO USTEDES NO TIENEN MIEDO?! — grite para todos los chicos que estaban ahí sentados sin conseguir respuesta alguna de qué es lo que hago yo aquí.
Sarabi solo se limitó a rodar sus grandes ojos y verme desde su lugar como si mi preocupación fuera de lo más sin sentido para ella, yo soy una persona muy entusiasta y adaptable, pero estoy tan confundido ahora, porque diablos estoy en un lugar que no conozco, no entiendo nada, me frustra. Esto esta sucediendo tan rápido despertar de un momento a otro, y me quieran llevar a una cuarentena, con gente que no conozco, en un lugar que no conozco y todos estén tan despreocupados aquí, nadie me explica nada de lo que sucede, no me he puesto a detallar qué es lo que hago aquí, es como si estuviera pasando un día normal de mi vida, parece que esto fuera de lo más normal, ser secuestrado y después, ¡¿después que?!, estaba cayendo en una paranoia.
Sarabi se quedó de piedra en su sitio, esperando que se calmara todo, los otros chicos después del bochorno inicial lo olvidaron.
—¡Oh si!, yo también creía que los médicos eran malos, pero el señor Gilbert dice que esas son creencias de gente supersticiosa e ignorante —le dijo llevándose las manos a las amplias caderas enojada, como si aquel insulto fuera para ella. —Es el único médico que sobrevivió de todo el castillo después de los horrores, muchos murieron, desde los peones en el campo hasta las princesas y sus bebés, por eso están aquí, el nuevo rey necesita una pareja que le de hijos fuertes, muchos, las lineas de sucesión han muerto, y bueno tú, ¿qué prefieres? Estar en una fosa común enterrado con tus familiares muertos o en esta bella estancia llena de comida y juegos?— alardeó un poco
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El universo en las pecas de tu espalda.
Romance¿Y ahora?, me tienes entre tus manos, enredado y perdido en ti. Que puedo hacer, ¿qué podemos hacer?, me estás consumiendo hasta la última gota.