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A la mañana siguiente, JiMin despertó con un dolor infernal en la parte baja de su espalda. Palmeó con sus dedos la cama, hundiéndose en lo blando del colchón intentando recobrar el sueño pero terminó sorprendido al tocar tras de sí y encontrarse con un marcado abdomen a pocos centímetros de su espalda. Cierto. JungKook

Lentamente se levantó de la cama, procurando no despertar al moreno pues —después de todo— él estaría mucho más cansado por la atareada noche anterior. Caminó con sigilo a la puerta, no sin antes dar un último vistazo a la cama, y cuando finalmente se dispuso a abrir la puerta escuchó un pequeño balbuceo.

—¿JiMin?— escuchó decir a JungKook con la voz adormilada. Inclusive si su corazón le ordenaba volver a la cama para acompañar al moreno ahora que comenzaba a recobrar el sentido algo dentro de sí le decía que era mejor no interrumpir su descanso y dejarlo continuar durmiendo. Así fue como tomó la decisión de ignorar al mayor y salir de la habitación sin mirar atrás.

JungKook por otra parte volvió a hundir su rostro en la almohada y, a diferencia del menor, él si pudo recobrar el sueño.

                                                                                                  (...)

Ya fuera de la habitación, JiMin por fin pudo apreciar con más detalle la casa del moreno. Jamás había ido más allá del vestíbulo pues únicamente ahí tenía permitido estar durante sus clases. El lugar en sí era pequeño, sin embargo y por increíble que sonara, estaba demasiado limpio a lo que se esperaría de una casa habitada por dos hombres. Las paredes blancas haciendo un bello contraste con los coloridos recuadros de paisajes y muebles contemporáneos hacía del lugar un ambiente más hogareño. Sobre las paredes colgaban miles de fotos del moreno en sus distintas etapas, algunas acompañado de una chica de igual o menor edad que él -que JiMin supuso que sería su hermana- y otras en las que aparecía con su padre. Sólo en tres o cuatro fotografías aparecía su madre -por lo que se dedujo que ambos padres se separaron bajo buenos términos- y después de eso no habían más fotografías.

JiMin bajó a la primera planta en dirección a la cocina. Sabía con exactitud dónde quedaba pues de vez en cuando JungKook le permitía estar ahí mientras él preparaba algunos bocadillos para comer en sus descansos. Estaba feliz por alguna razón y es que quería preparar un desayuno exquisito para el mayor después de darle esa maravillosa noche. 

Puso manos a la obra y conforme los minutos pasaban su plan iba comenzando a tomar forma. Deliciosos postres por un lado, platillos ligeros por el otro y un vaso con café esperaban en la mesa. Todo estaba listo para ser devorado a gusto.


JiMin se sonrío de oreja a oreja sumergido en el momento. La imagen de compartir las mañanas con el moreno le movía el corazón a una velocidad exagerada que no podía contener dentro de sí. Amaba la sensación de pertenecer al mayor así como éste le permitiese ser su "dueño"


Después de un rato pudo escuchar unos pequeños pasos descendiendo por la escalera. JungKook había despertado

Sin esperar más tiempo, el menor corrió hacia la escalera a la espera del moreno y sintió su corazón saltar de alegría cuando logró visualizar en el rostro del moreno una sonrisa que esbozaba ternura y afecto. Finalmente, cuando ambos estuvieron uno frente al otro no pudieron siquiera emitir un sonido, ambos encontraban agradable aquel silencio pacífico que les rodeaba que era innecesario perturbarlo.

JiMin guio a JungKook hasta la cocina donde aguardaban aún calientes los panqueques que el menor preparó y con gusto ambos se sentaron a desayunar.

¿Y bien?— el menor comenzó — Sé... que esto es algo que no se debe comentar en la mesa pero me es imposible sentirme así de eufórico después de anoche, ya sabes...

El moreno simplemente se limitó a sonreír en silencio mientras terminaba su bocado. Le parecía adorable ver tan alegre al menor.

—¿N-no dirás nada?— titubeó el menor.

—Te amo.

El más bajo casi cae de su silla al escuchar al moreno tan repentinamente. Joder, que no se esperaba que fueses tan directo

— Me gustas, Jiminnie, y nunca pensé que finalmente me dejaría llevar por mis exagerados impulsos de amarte, pero no me arrepiento. — JiMin escuchaba en silencio— Desde que te vi por primera vez me pareciste alguien curioso mas nunca creí que terminaría tan enviciado contigo. Si me permites ser más sincero de lo que ya he sido hasta ahora, desearía saber si habrá alguna oportunidad de hacer "oficial" algo entre noso—

—¡Por supuesto, yo estaré encantado!— interrumpió apresurado el menor.

El moreno sonrió nuevamente y entrelazó su mano con la del menor sobre la mesa. Le dio un corto pero dulce beso en los labios y volvió a su posición anterior.

Definitivamente grandes cosas esperaban para este par de enamorados.

Entre aquel silencio se pudo oír el rechinar de la puerta principal abrirse. JiMin y JungKook se miraron con sorpresa recordando repentinamente un pequeño detalle que habían pasado por alto, el padre de JungKook regresaba esa misma mañana a casa. Mierda


FIN 




S.E.X [KookMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora