❝ moreno ❞

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Su hermosa piel dorada, resaltaba gracias a las prendas demostrativas de color rojo vino, tan ajustadas a su cuerpo dándole un volumen y curvas exquisitas. Aunque todo el tallo de su cuerpo era lo más hermoso ( por su cintura y caderas marcadas ) sus muslos grandes eran en lo que más de uno fantaseaba en devorar, y las medias largas blancas apresaban esas divinas piernas largas. La hermosa fantasía del rubio de ojos azules encima de tí o enrollando sus piernas en tí, era un fantasía que se pasaba como película por la mente de todos. Era algo que todos ya habían visto. Todos los omegas de allí solo podían sonreír a los betas de su alrededor, ignorando su estúpido trato se superioridad y su falta de hombría para llegar a siquiera satisfacerlos.

Sus ojos mostraron una dulce mirada dulce fingida, su sonrisa y voz eran melosas... A pesar de estar aguantando a un tarado.

vamos, nene hermoso. Venite dólares ¿No te basta con eso? Solo puedo darte esto la mueca rara que hizo su rostro hizo que el beta frunciera su ceño. Pestaño pensado que no valía la pena, sonrió tiernamente y se bajo de su regazo rápidamente. Tomó los veinte dólares que engancho rápido en una de las ligas de su traje.

lo siento, conoces bien los precioso Také y sabes que si vienes con veinte dólares no obtendrás si una mamada de todos los omegas que están aquí adentro. Al menos de mi parte solo tendrás una embestida... Con ropa miro con cierto asco al beta que solia recurrir con frecuencia la casa. El beta sabía que su dignidad valía más que veinte dólares y por ello le encantaba hacerle enojar.

vaya, amo esa actitud tuya. Eres una perra muy exigente ¿sabías? Me pregunto si serás igual en.. y cuando el beta quizo seguir sus habladurías se di cuenta que el rubio ya no estaba.

«Es una suerte que nos dejen ir cuando se vuelven pesado» pensó aburrido. Agradecía a su jefe por ello, aunque era un viejo arrastrado, el sabía que cuando no valía la pena y los mismo omegas no sacaban nada ellos podían irse.

adiós, imbécil — dijo a una distancia alejada y segura.

El largo suspiro cargado de frustración y cansancio salió de sus labios para luego volver al exhalarlo. No tenía elección « o eso me hice creer durante años » pensó, pero solo se ignoró a el mismo. Frotó sus ojos, se sento en un banquito y pidió algo para beber en la barra a su compañero.

¿lo de siempre? — asintió cansado. Su compañero le sonrió tratando de animarle, algo inútil mirando sus situaciones.

Acarició el collar que colgaba en su cuello. Gemio en agonía interna ante el recuerdo. Allí guardaba lo que más apreciaba en su ridícula vida, no solo el recuerdo, sino lo que acompañaba actualmente con él. Allí estaba de manera discreta la razón del porque vendía su cuerpo al mejor postor. Su compañero le saco de sus pensamientos cuando le deposito el pequeño vaso de tequila enfrente. Lo tomó de un solo trago a para más placer y se levantó dispuesto en ir a buscar una nueva victima a la cual le quitaría todo su dinero de la única forma que conocía.

Algo lo inmovilizó por completo. El exquisito olor a menta fresca, suave pero feroz al mismo tiempo. Se hundió en sus fosas nasales y mareado buscó de donde provenía la fragancia.

Gimio asustado cuando el líquido caliente comenzaba a lubricar su entrada de manera natural, acompañado estas reacciones sus piernas comenzaron a fallarles al momento de mantenerles de pie y el líquido de su entrada no paraba de bajar, empapando sus muslos.

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⏰ Última actualización: Apr 29, 2022 ⏰

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