El diario de Elena Jones

Parte 4

-si- comenté

Un silencio atormentaba el salón, era un momento incomodo en el que el me veía y mi corazón latía fuerte, no se la razón.

-¡Foto!- dijo Amanda tomándonos una foto-Aeew, que bonita foto, ¿les gusta?- preguntó con mucha alegría. Me preguntaba porque su emoción
-Hola Amanda- dijo Johan
-Hola tu- contestó Amanda

Erick me lanzo un papel mientras yo checaba mi Twitter, cosa que hice para no sentirme incomoda en la platica de Amanda y Johan. Levante la mirada para ver a Erick que me hacia señales para ir hacia el, bloquee mi celular y fui con el

-¿de que hablaron?- preguntó algo sarcástico
-prácticamente nada interesante- respondí
-Ahh ya, pues conócelo, es buen plan- dijo con voz muy segura
-claro...- respondí

Erick tomo su cuaderno y termino de copiar los verbos del pizarrón. Me sentí incomoda, no tenía con quien hablar, Erick copiando verbos y Amanda hablando con Johan , así que tome mi celular y comencé a ver que pasaba en instagram. Amanda llegó con Johan y comenzaron a decirme "selfie, selfie". Solté una carcajada y nos comenzamos a tomar muchas fotos.

-pásame tu whats y tu Facebook, Por favor- dijó Johan con un tono amable
-claro, es 5543681178 y mi face es Elena Jones- respondí sonriéndole
-¡¿QUE ESTÁN HACIENDO PARADOS MOCOSOS?!- Exclamó la maestra Lauren mientras azotaba la puerta

Todos brincamos del susto, sobre todo Amanda, su expresión fue tan graciosa que tiró su celular del susto, nos fuimos a sentar corriendo a nuestros lugares. Pasamos varios minutos en silencio, muy incomodo por cierto

-Ya acabo la hora, pueden irse- comentó la maestra Lauren justo cuando el timbre sonaba- recuerden que mañana no hay clase, nos vemos hasta el miércoles

-si gracias, adiós- Erick y yo dijimos mientras Amanda se despedía con la mano
-adiós- me dijó Johan soltando una sonrisa-hablamos por Whats
-si, bye- dije cerrando la puerta

Cuando cerré la puerta Amanda y yo comenzamos a reír, no se la razón pero comenzamos a soltar muchas carcajadas, mientras Erick nos veía retiro mientas bajábamos las escaleras se comenzó a burlar de como nos reíamos

-sus risas de retrasadas- repetía sin dejar de reír