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|| [3 MESES ANTES] ||


R A F A E L L A


La luz del sol calaba con levedad mis ojos, pero no podía retirar la vista del ventanal, miles de pensamientos pasaban por mi cabeza y ninguno me daba tranquilidad.

Me aferre al dinosaurio de felpa de Antoine, había pasado la noche en su habitación aunque no logre conciliar el sueño ni un segundo.

Podía escuchar el alboroto proveniente del piso de abajo, mis padres llegaron de su viaje acompañados de los policías unas horas después de la desaparición de Antoine, no pude ver a ninguno de los dos a la cara, sentía que les había fallado al no cuidar a mi hermano como debía.

Cerré los ojos por instinto al escuchar como la puerta de la habitación era abierta, no quería tratar con nadie.

- Se que estas despierta. - suspire y abrí los ojos, encontrándome con el frente a mi.

- ¿No deberías estar en el instituto?. - cuestione sin mirarlo.

- Son mas de las cinco de la tarde Ella, y necesitas comer. - dejo frente a mi una bandeja con un sándwich, fruta y lo que parecía jugo de manzana, sin prestar atención a su acto, me gire sobre la cama dándole la espalda. - Anda no seas infantil.

- Vete Guzmán, no tienes nada que hacer aquí. - escuche como reía por lo bajo.

- Tengo que hacer aquí mas de lo que te imaginas, no dejare que Nathaniel y tu pierdan la cabeza como yo lo hice cuando lo de Marina. - escuche como pronuncio con pesar ese ultimo nombre. - Mucho menos cuando para ustedes aun hay esperanza.

El chico rodeo la cama, se puso de rodillas frente a mi y deposito la comida de nuevo en la cama.

- ¿Por que?. - me senté sobre le colchón y tome el jugo abriéndolo para darle un trago.

- Por que a mi me hubiera gustado que alguien me sostuviera en esos momentos.

- Pero, ¿Y tus amigos?. - mencione.

- Todos estaban absortos en lo mismo, Marina era alguien relevante para la mayoría y ninguno entendió como afrontar la situación. - rasco su barbilla. - Lucrecia estuvo conmigo, pero en ocasiones me hundía mas de lo que me sacaba a flote.

El chico bajo su mirada, tome su barbilla y levante su rostro, sus ojos celestes se encontraron con los míos, note como el comenzó a acercarse hacia a mi, hasta el punto en que sus codos se recargaron en el colchón y con sus manos tomo mis mejillas, su acto me sorprendió pero no planeaba alejarme, mucho menos cuando comenzó a brindar pequeñas caricias en estas que me hacían sentir reconfortada.

- Gracias por estar aquí. - susurre aun sabiendo que me contradecía, pero algo dentro de mi me impulso a hacerlo.

- Lo estaré siempre que me necesites. - acorto la distancia entre nosotros dejando un beso sobre mi frente, sonreí ante su acto. - Ahora come, que terminaré devorando eso. - ambos reímos.

Mientras ingería los alimentos Guzmán se dedico a conversar conmigo de cualquier cosa que se le ocurriera, gesto que agradecí por que así logre olvidar un poco como comenzaba a hundirme dentro de la tristeza al no saber qué pasaría con mi hermanito.





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Ingrese al pasillo principal del instituto sintiendo como todas las miradas estaban sobre mi, la situación sobre mi hermano era mas que conocida aquí y agregando que ninguno de estos imbéciles sabia disimular comenzaba a arrepentirme de asistir este día.

DUSK TILL DAWN | ÉLITE |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora