Maki Zenin

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Te amo 3 veces

Ridículas. Bola de ridículas.
Las feministas se agrupaban en el parque que estaba justo en frente de mi casa. Hacían mucho escándalo y llevaban esos pañuelos verdes en su cuello a muestra de orgullo, como mujer a veces sentía vergüenza.

Entiendo las desigualdades que existen entre hombres y mujeres, pero ¿En serio?  ¿Acaso todos los hombres tienen que ser juzgados por unos cuantos? ¿Qué tiene de malo querer formar una familia y estar en casa cuidando los hijos en vez de ir a trabajar? ¿Qué te impide hacer ciertas cosas?
Los hombres también sufren y últimamente son los más maltratados.

Pasé caminando a paso firme con ganas de salir del ruido, ahí en vuelta en medio del huracán aquella mujer de lentes y cola alta me sorprendió pasándome un pañuelo. La miré dudosa y después le hablé:
—Gracias, pero no.

—¿Ah?...¿Qué haces aquí entonces? ¿Acaso no eres una feminista?

—A veces...en lo justo, pero no estoy de acuerdo con este desastre, si me disculpas me voy a mi casa que está justos en frente—Señalé.

—¿Desastre dices?..Ya veo, eres de esas que dicen "Ni mi riprisintin"—Dice burlona.

—Y tú eres de esas escandalosas que le impiden a las personas cansadas llegar a su casa, busca oficio, ridícula.

No me gané un bofetón de milagro, le di la vuelta antes de, y a pasos veloces me fui a casa. Ridícula.

Caray, no iba a tener paz ni en mi propia casa, había mucho escándalo.
Cuando las feministas se marcharon del parque, muy tarde por cierto, pude estar tranquila o al menos no escuchaba tanto ruido, hice la rutina de mi hogar y llegada la noche me marché a dormir.

La alarma sonó anunciándome que debía despertar, enojada, con ganas de renunciar a mi empleo pero con la sabiduría de saber que no podía por necesidades obvias que nadie me iba a satisfacer  más que yo misma.

No desayuné ni bien y salí de casa, no pude creer lo que vi.
Justo en la puerta habían escrito con pintura: "Las feministas ni mi riprisintin" "Que las violen y las maten me da igual".

Hija de tu puta madre, cola de caballo. Lo arreglaría al llegar, por lo tanto debía ir a trabajar.

Y bien...no hubo cosas interesantes en el trabajo, llegué a casa tras un día fastidioso y ordinario para encontrarme en la puerta de mi casa a la cola de caballo escribiendo algo en las ventanas.

—¡Oye bandolera! ¡Llamaré la policía!

—¡Llámala! ¡Llámala y dile que no te importa la situación de las mujeres en este país! ¡Dile que te da igual las mujeres asesinadas y violadas!

—Por razones como ésta es que me hartan las feministas...las que son como tú. Jamás he dicho tal cosa.

—No tienes que decirlo, lo das a demostrar.

—Eso te debe importar un carajo, ¡Límpia el desastre que hiciste!

—No. Todo el mundo merece saber qué clase de mujer eres.

—¿Cuál es tu problema? No tiene sentido que vengas a hacer este escándalo sólo porque no apoyo tus estupideces.

Cola de caballo me miró de frente. Era alta e intimidante, firme y hermosa.
Mi boca se abrió en sorpresa y quedé  impactada  tras sentir como la mujer me tiraba la pintura roja en mi cara, embarrándome por completo.

Escuché su risa fuerte y luego se marchó mirándome victoriosa.

Los asesinatos accidentales ocurren casi todo el tiempo  y si la volvía a ver cerca de mi casa la iba a matar.

JJK Chicas Escenarios Yuri X Oc Donde viven las historias. Descúbrelo ahora