𝕸𝖔𝖓𝖉𝖘𝖈𝖍𝖊𝖎𝖓𝖙𝖆𝖓𝖟

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La pálida piel y el cabello oscuro en contraste, como si fueran hebras de la misma noche, azabache corona cubierta de estrellas como copos de nieve que cayeron sobre él. La bufanda de estambre azulado oscilando al viento invernal.

A su lado, la piel con una constelación sobre su rostro en forma de lunares. El cabello castaño como el tronco de un sauce llorón, protegidos con un gorro rojo de borla inquieta, brillando bajo la luz de plata, oh, figlio della luna¹.

—No lo sé, mi cuerpo nunca responde como quiero. —Una voz suave e insegura.

Ojos oscuros lo miraron de manera incrédula.

—¿De qué hablas? Te he visto bailar con perfecto control de tu cuerpo, por supuesto que puedes hacerlo. —Una voz profunda y afable.

Junhui miró a Wonwoo con las cejas bajas y ojos grandes llenos de preocupación. Seguía en la orilla del lago que estaba cubierto por una capa de hielo, como el cristal de un frío espejo que sólo se quita el manto cuando llega el invierno.

El hombre de cabellos oscuros ya estaba sobre la congelada superficie, firme y estable, sin miedo a nada.

—Wonwon, enserio me voy a caer.

Pero el mencionado no aceptó esa respuesta. Estiró su mano hacia Junhui y sonrió para calmarlo.

—No voy a dejar que eso suceda. Te voy a sujetar, Junnie, sólo toma mi mano y confía.

Esas palabras le dieron un poco de confianza al mayor. Por supuesto que si Wonwoo le pedía que tomara su mano, eso haría. No había duda en que no lo dejaría caer, pues Jun podía ser un sauce que se inclina sobre el arroyo, pero Wonwoo era un roble firme al que ni la tormenta más impetuosa puede azorar.

—Bien. —Inhaló y avanzó primero con el pie derecho, tenía calzados los patines. La razón por la cual los había comprado era sólo porque Wonwoo le había comentado alguna vez que le gustaría salir a patinar en el invierno, en aquel pequeño lago que se encontraba en un claro rodeado de coníferas.

Sólo Wonwoo y él habían encontrado aquel lugar, y fue casi por accidente, gracias a que Junhui quería recoger algunas bayas de enebro, y en su búsqueda, por pura casualidad, encontraron el lago, aunque en ese tiempo estacional de primavera, estaba tan apacible y reflejaba la luz del sol como un trazo dorado.

Se convirtió en su lugar especial, porque parecía tan lejano a todo, protegido por la pared natural de los árboles. Y sólo gracias a la buena orientación de Wonwoo que parecía una brújula humana, pudieron aprender el camino hacia allí, porque el bosque parecía tener un laberinto alrededor en el cual era fácil perderse (o al menos Jun no podría guiarse hasta el lago por sí mismo, pero Wonwoo siempre encontraba el camino por ellos).

Era un pequeño paraíso, rodeado de flores hermosas y peces que podían reproducirse y nadar libremente porque ningún humano iba a molestarlos.

En verano, cuando más veces visitaron aquel lago para refrescarse, Wonwoo le comentó a Junhui que quería esperar al invierno, cuando el agua de la superficie formara una capa congelada lo suficientemente resistente para que ambos patinaran sobre ella.

Jun no sabía patinar, se sentía un fracaso en ello. Pero Wonwoo había aprendido y había sido algo que había disfrutado mucho como para repetirlo, y que mejor que hacerlo en aquel espacio íntimo y al lado de su amante.

Así que, a pesar de su gran temor a ser un desastre sobre el hielo, Junhui podía poner toda su confianza en Wonwoo y se abalanzó torpemente a tomar su mano.

Enseguida, Wonwoo lo sostuvo con fuerza y esperó a que Jun encontrara un punto de equilibrio. Era distinto a patinar sobre la pista de hielo, porque siempre estaba lisa, aparte de que ahí no tenían la seguridad de que tan estable era el hielo formado por la naturaleza; debajo de ellos seguía habiendo un lago con agua helada y contenida.

Elysium Waltz (WonHui)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora