A decirte que me he ido
me he retirado a esa ausencia
que me diste con tus besos lejanos,
a los paisajes anodinos
del fuero racional,
la funcional diatriba de lo consabido
el buen juicio
lo normal
lo permitido.
He replegado mis versos
a sus cuarteles de invierno.
A este activismo de la nada,
esta obra infecunda de los hombres
que es el día a día,
la cotidianeidad
la tradición
la vida.
He proscrito todas mis tristezas,
esas armas versátiles
que nos aferran al futuro,
esos bastiones heroicos
que defienden lo genuino,
al abandono de la risa,
a la insensatez de lo competitivo,
a la ligereza del ahínco,
a los parques
los juegos
y los vinos.
Me he apartado de la presencia
en todas las muertes que me diste,
he prescindido de todos mis gestos,
he desahuciado todos mis sentidos
con el “mentón en retirada”
y la mejilla jubilada
para dejar caer sobre mis facciones
toda la vorágine del destino,
mi ausencia
la tuya
el olvido.
