AMORTENTIA - HUNA

Capítulo 4

*al día siguiente*

- ¿Qué se supone que hacemos, Clarisse? – preguntó Luna, mirando al pasillo.

- Simple: se viene este fin de semana la primera salida a Hogsmeade, puedes salir con Harry ese día...

- ¿Y si no me invita?

- ¿Quién dijo que él te invitaría? Tú lo vas a invitar – dijo, acentuando la palabra "tú"

- ¿Yo? – preguntó Luna, desubicada en todo ese plan.

- ¡Pues claro! – le dijo Clarisse, impaciente, arrastrándola por el pasillo.

- Pero Clarisse...

- Si no lo intentas...

- ... no lo lograrás – repitió Luna la frase que la chica llevaba toda la mañana repitiéndole.

- Bien, entonces, ¡suerte! – le dijo, empujándola.

Luna tropezó con su propio pie, y alguien la sostuvo.

- Woah, cuidado... Oh, eres tú, Luna – la rubia miró hacia arriba, encontrándose con un par de ojos color esmeralda.

- Ah, Harry. Lo siento... - se enderezó, quedando frente al chico.

- No, no hay problema. ¿Y eso? – señaló algo que parecía una cebolla que sobresalía del bolso de Luna.

- Ah, un gurdirraíz, te protege de los plimpys tragones – sacó esa especie de cebolla y se la puso en la mano a Harry – Puedes quedártelo... si gustas, claro.

- Sí, está bien – Harry sonrió mirando el gurdirraíz.

'Es hora, invítalo... Solo díselo' pensó la chica.

- Uhm... ¿Harry?

- Dime

- Eh... hay una salida a Hogsmeade este fin de semana... Yo pensaba... podrías salir a tomar una cerveza de mantequilla los dos... Solo si puedes – preguntó. Habló rápidamente, y sintió un leve calor en sus mejillas.

- Oh... - Harry la miró, como si la observara por primera vez – Pues... sí, supongo que sí puedo. Entonces... ¿en el vestíbulo, al... mediodía? ¿Te parece?

- Sí, me parece perfecto – respondió la muchacha, sonriendo. El chico sonrió de vuelta, y se fue, aún pensando en el hecho de que Luna lo acababa de invitar a salir.

Luna regresó a donde la esperaba Clarisse.

- ¿Qué tal te fue? ¿Lo invitaste? ¿O te echaste atrás?

- Muy bien; sí, lo invité. – respondió a cada pregunta.

- ¡SABÍA QUE LO HARÍAS!

- ¡Por Merlín, Clarisse, no grites! – la mandó callar Luna.