¹Alicia McGonagall y la Piedra Filosofal [LRYEA: ✔︎]

11¬HAPPY CHRISTMAS, JAMES!

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↻ ¡Feliz navidad, James!  

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HABÍAN ESTADO BUSCANDO EL NOMBRE DE FLAMEL DESDE QUE A HAGRID SE LE ESCAPÓ, porque ¿de qué otra manera podían averiguar lo que quería robar Snape? Lo único que sabían era que estuvo relacionado con Dumbledore, según Alicia. Y ella sentía lo mismo que Harry; sentía haberlo leído en alguna parte.

Hermione sacó una lista de títulos y temas que había decidido investigar; mientras Ron se paseaba entre una fila de libros y los sacaba al azar. Harry y Alicia se aceraron a la Sección Prohibida. Se habían preguntado si Flamel no estaría allí. Pero por desgracia, hacía falta un permiso especial, firmado por un profesor, para mirar alguno de los libros de aquella sección, y sabía que no iba a conseguirlo.

—¿Y si se lo pides a McGonagall? —le preguntó Harry.

—¿Y qué le digo? «Minnie, quiero sacar un libro de la sección prohibida para investigar a alguien que parece ni existir y meternos en algo que es obvio que no deberíamos meternos». Lo siento, Harry.

La señorita Pince los echó de la biblioteca y salieron rápidamente. Ellos, Ron y Hermione se habían puesto de acuerdo en que era mejor no consultar a la señora Pince sobre Flamel. Estaban seguros de que ella podría decírselo, pero no podían arriesgarse a que Snape se enterara de lo que estaban buscando.

—Vais a seguir buscando cuando yo no esté, ¿verdad? —dijo Hermione—. Si encontráis algo, enviadme una lechuza. Alicia, ¿lo harás tú? Dudo que ellos lo hagan —los dos chicos la miraron ofendidos pero Alicia le sonrió.

—Claro.

—Y tú podrás preguntarle a tus padres si saben quién es Flamel —dijo Ron—. Preguntarle a ellos no tendrá riesgos.

—Ningún riesgo, ya que ambos son dentistas —respondió Hermione.

—¿En serio? Increíble —habló Alicia sonriendo.

Cuando comenzaron las vacaciones, Alicia, Ron y Harry tuvieron mucho tiempo para pensar en Flamel. Los chicos tenían el dormitorio para ellos y como Alicia estaba sola en el cuarto de la chicas, se había mudado con ellos. La sala común estaba mucho más vacía que de costumbre, así que podían elegir los mejores sillones frente al fuego. Se quedaban comiendo todo lo que podían pinchar en un tenedor de tostar y planeaban formas de hacer que expulsaran a Malfoy, muy divertidas, pero imposibles de llevar a cabo.

Ron también comenzó a enseñar a Harry y a Alicia jugar al ajedrez mágico. 

Harry jugó con el ajedrez que Seamus Finnigan le había prestado, y las piezas no confiaron en él. Alicia había tirado la toalla desde el momento en el que una de las fichas habló.

En la víspera de Navidad, Alicia se fue a la cama, deseosa de que llegara el día siguiente, pensando en toda la diversión y comida que la aguardaban, y con Harry y Ron. Cuando al día siguiente se despertó temprano, lo primero que vio fue a sus dos amigos dormidos en sus camas, hechos un ovillo. Se levantó de la cama y sigilosamente se acercó a Ron.

—¡FELIZ NAVIDAD, PELIRROJO! —gritó en su oído. Ron saltó del susto y cayó de la cama al suelo. Alicia una risa por detrás, una que le hizo sonreír.