La primera vez que tome tu mano sentí tantas cosas, todas hermosas, tan maravillosas como tú, un espléndido Ángel que con su sonrisa puede hacer que mi pulso se acelere.
Pero ese día que nuestros rostros estuvieron a tan pocos centímetros fue el día más grandioso de mi vida, sentir tu suave respiración tan cerca mío, ver en la cercanía cada uno de tus detalles. Me has encantado.