𖥨ํ∘̥⃟⸽⃟🦋━━「 ❝Él nunca pensó que la comida pudiese afectar tanto al humor de las personas. Él nunca quiso hacerlo, en primer lugar, fueron las cajas; las estúpidas cajas, simplemente no quería que supieran su único maldito secreto, no sabría qué ha...
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₊❜ Mordió su labio pensando si realmente era una buena idea, se preguntaba seguidamente en su cabeza si era algo estúpido, tal vez lo era. Gruñó lo más bajo posible, sentía que si alguien ahora mismo le encontraba leyendo ese libro se burlaría de él hasta el día de su muerte, puede que esté exagerando.
Con sus manos sujetó el contorno del objeto, se veía algo viejo; ya usado, su portada estaba cubierta de una gruesa capa de polvo. Tenía parte de la contraportada ligeramente quemada, el chico había logrado salvar ese libro de un purgatorio que había hecho el Soldier de su equipo, en la mañana el hombre había llamado para hacer una gran fogata, el corredor le restó importancia, total; suponía que quemarían cartón o cosas por el estilo. El problema es que a todos se les fue un poco de las manos al invitar a Pyro a esa extraña ceremonia, finalmente todo terminó en un incendio frustrado gracias a los extintores que tenían guardados. Entre los escombros que quedaron; apareció ese libro, uno con un título bastante sugerente: "Mil y un recetas de la abuela". Tenía que admitirlo; al verlo casi se le sale el corazón, agradece que al estar limpiando el desastre que habían dejado no hubiese nadie más ayudándole, ya que le hubiesen escuchado gritar de una manera no muy varonil.
Ahora estaba en su cuarto; con el dichoso almanaque de cocina en mano, sus manos tiritaban ligeramente al intentar sostenerlo, no podía evitarlo; se sentía excitado. De los recuerdos más vivos que tiene impregnado en su memoria estaba uno; el cual era bastante viejo, recuerda una escena específica de él con su madre haciendo un helado de galletas para el verano del cincuenta y cuatro. De las cosas que más le traía nostalgia era el volumen de recetas,, el cual era exactamente el mismo tomo que había rescatado esta tarde. No pudo evitar cogerlo, y desde ahí; no lo soltó más.
No sabía bien porqué lo hizo, pero si tenía algo claro: nadie tenía que enterarse de que tenía ese libro. Si eso llegaba a suceder seguramente sería el hazmerreír del lugar,, o peor; descubrirían que sabe leer.
↷──── No. Tranquilo, Jeremy, tranquilo,, nadie sabrá que tienes un libro de cocina.
₊❜ Susurró para sí mismo, quería creérselo; de que realmente nadie descubriría que tenía un gusto culposo, de que nada de esto terminaría en un horrible desastre. Con parte de su palma derecha limpió la tapa del objeto, seguidamente miró su mano verificando la suciedad del mismo, suspiró intentando guardar la calma, no era un delito; al menos no que él supiese, no podía ir a la cárcel, entonces; ¿por qué estaba tan nervioso?
Volvió a morder su labio, ¿y si mejor se olvidaba de todo y quemaba el libro? Total; no había hecho la cantidad de cosas con este como para conseguir un apego emocional.
